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El hongo de la especie Fusarium puede ocasionar esta infección. Estos hongos pueden entrar al cuerpo a través del tracto respiratorio, senos nasales o la piel. Puede ocasionar señales y síntomas asociados con una infección de los senos nasales (sinusitis), una infección de las vías urinarias, una infección en la sangre o meningitis. Estas infecciones pueden ocurrir en niños con sistemas inmunes debilitados. Su pediatra le diagnosticará hialohifomicosis al tomar un hemocultivo o una muestra de tejido y hacerle pruebas en un laboratorio. Se ha utilizado fluconazole o amfotericina B en dosis altas para tratar el hialohifomicosis. La especie Malassezia ocasiona una infección superficial de la piel conocida como tiña versicolor o pitiriasis versicolor. La piel del rostro, torso, brazos y cuello se cubre con muchas áreas redondas rojas y escamosas. Estas áreas no se broncean durante el verano, pero son relativamente más oscuras en el invierno. La infección es más común en adolescentes y jóvenes adultos. Su pediatra le hará un diagnóstico con base en la apariencia del salpullido. Es posible que se tome un cultivo, si es necesario. Se utiliza un champú o loción de sulfuro de selenio para el tratamiento. También es efectivo el shampoo de Ketoconazola, como varios otros antimicóticos que se aplican directamente en el área afectada. Los antimicóticos orales como ketoconazola, fluconazola e itraconazola han demostrado ser efectivos en los adultos. Estos medicamentos se utilizan con menos frecuencia en los niños.
PeniciliosisLos niños infectados con VIH pueden ser susceptibles a un enfermedad de hongos denominada peniciliosis ocasionada por Penicillium marneffei.Este hongo se encuentra en la tierra y la vegetación descompuesta, así como también en el aire. Puede ocasionar señales y síntomas como una inflamación de los pulmones (neumonitis) y lesiones en la piel parecidas al acné en el rostro, torso, brazos y piernas. Su pediatra puede tomar un hemocultivo o muestra de tejidos probados en el laboratorio como parte del proceso de diagnóstico. La anfotericina B o itraconazole se prescriben comúnmente como tratamientos para la peniciliosis.
HialohifomicosisLa Hialohifomicosis es una categoría grande de infecciones por hongos que es ocasionada por organismos de las especies Bipolaris, Curvularia, Exserohilum, Pseudallescheria y Scedosporium . Estas infecciones con frecuencia involucran la piel y, en algunos casos, las vías y senos nasales. También pueden infectar el cerebro, los huesos y el corazón (endocarditis). Las infecciones superficiales pueden ocurrir en niños con defensas inmunes saludables, aunque las infecciones más graves ocurren en niños con sistemas inmunes debilitados. Para hacer un diagnóstico, su médico ordenará pruebas que examinen los tejidos afectados bajo un microscopio. El pediatra también puede tomar cultivos de los tejidos para intentar que crezca el hongo en el laboratorio. El médico de su niño le recomendará el tratamiento con los medicamentos como itraconazole o anfotericina B o la eliminación quirúrgica del tejido infectado.
TricosporonosisLos niños con sistemas inmunes debilitados son susceptibles a tricosporonosis, que afecta los pulmones, el corazón o el flujo sanguíneo. El hongo Trichosporon beigelii, que puede producir lesiones en la piel, en el torso, rostro y brazos ocasiona la tricosporonosis. Otros síntomas incluyen tos, fiebre y esputo con sangre. Este organismo se encuentra en la tierra y puede entrar al cuerpo a través del tracto respiratorio, sistema gastrointestinal o heridas en la piel. Cuando infecta a las personas, es potencialmente un peligro para la vida. El tratamiento con frecuencia involucra el uso de anfotericina B o fluconazol.
CigomicosisComo con muchas otras infecciones por hongos, la cigomicosis puede ocurrir con más probabilidades en niños con sistemas inmunes debilitados. Se puede desarrollar en niños con leucemia, linfoma o diabetes y aquellos que usan vendajes no estériles en heridas o cortes. La cigomicosis es ocasionada por el hongo de las especies Rhizopus, Mucor, Absidia y Rhizomucor y pueden ocasionar infecciones en la nariz y sinusitis. Los niños afectados pueden tener fiebre, congestión nasal e incomodidad en los senos nasales. Si la infección se disemina, puede afectar los pulmones y el cerebro y, en el peor de los casos, ocasionar neumonía, infección del cerebro, convulsiones, parálisis y la muerte. Esta infección es diagnosticada con pruebas de laboratorio que examinan las secreciones nasales y la flema, así como también al llevar a cabo biopsias, por ejemplo, de lesiones en los pulmones. El tratamiento incluye la eliminación del tejido infectado, si es posible, y el uso de medicinas como la anfotericina B en altas dosis.