Respuestas
Nosotros le dimos al mundo: aguacates, anones, calabazas, chocolate, tabaco, papaya, tomates, piñas, zapotes, coca, curuba, frailejones, girasoles, pimentones, fríjoles, yuca, vainilla, guayaba, mamey, fique y maíz.
Nuestros ancestros no fritaban, pues no conocían ni el aceite ni la manteca; su alimentación se basaba en los cocinados; los españoles trajeron el cerdo y con él la grasa y, por eso, si quisiéramos intentar un plato simbiótico este sería: carne frita con yuca cocinada, ají y chicha o vino.
El nuevo mundo le dio a la civilización el más versátil alimento que da la naturaleza: el maíz; el acero vegetal por excelencia: la guadua; los platos naturales: las calabazas o totumos y el prohibido y enviciante tabaco.
También le dimos a ese mundo el tomate, que los italianos apreciaron para agregarlos a sus pastas y así crear esos platos que nos deleitan hoy en día.
Desde luego que los españoles también trajeron: la religión católica, las viruelas, el idioma español, la pólvora y la rueda.
Lástima que los invasores no hayan protegido, conservado y asimilado la ingeniería y arquitectura desarrollada para su tiempo por los aztecas, para solo citar un caso.