• Asignatura: Castellano
  • Autor: jaidy312
  • hace 9 años

una fabula con inicio,nudo ,final y moraleja

Respuestas

Respuesta dada por: carlostt1
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El caballo y el asno   Un caballo, orgulloso de su parafernalia fina, encontró un asno en la carretera. El asno, que iba pesadamente cargado, caminaba despacio por el camino.
--Apenas--, dijo el caballo, --puedo yo resistir a darte una patada con mis talones, pues veo que solamente sirves para manejar cargas.
El asno mantuvo su paciencia, y sólo hizo una petición silenciosa a la justicia de los dioses.
No mucho tiempo después el caballo tuvo problemas de salud, y su dueño lo envió a trabajar a la granja.
El asno, viéndolo jalar una pesada carreta, así se mofó de él:
--¿Dónde, oh jactancioso, está ahora toda tu alegre parafernalia, y quién eres ahora reducido a la condición de cargador, a la que tan recientemente me trataste con desprecio?

'Moraleja: Nunca te mofes de una situación incómoda de tu prójimo, pues no sabes en que momento podrías estar igual o peor que él.

Respuesta dada por: lindismoxa93
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Fábula de la liebre y la tortuga, sobre el esfuerzoEn el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa y vanidosa, que no cesaba de pregonar que ella era la más veloz y se jactaba de ello ante la lentitud de la tortuga.- ¡Eh, tortuga, no corras tanto que nunca vas a llegar a tu meta! Decía la liebre burlándose de la tortuga.Un día, a la tortuga se le ocurrió hacerle una inusual apuesta a la liebre:- Estoy segura de poder ganarte una carrera- ¿A mí? Preguntó asombrada la liebre.- Sí, a ti, dijo la tortuga. Pongamos nuestras apuestas y veamos quién gana la carrera.La liebre, muy ufana, aceptó. Todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. El búho señaló los puntos de partida y de llegada, y sin más preámbulos comenzó la carrera en medio de la incredulidad de los asistentes.Confiada en su ligereza, la liebre dejó coger ventaja a la tortuga y se quedó haciendo burla de ella. Luego, empezó a correr velozmente y sobrepasó a la tortuga que caminaba despacio, pero sin parar.Sólo se detuvo a mitad del camino ante un prado verde y frondoso, donde se dispuso a descansar antes de concluir la carrera. Allí se quedó dormida, mientras la tortuga siguió caminando, paso tras paso, lentamente, pero sin detenerse.Cuando la liebre se despertó, vio con pavor que la tortuga se encontraba a una corta distancia de la meta. Salió corriendo con todas sus fuerzas, pero ya era muy tarde: ¡la tortuga había ganado la carrera!Ese día la liebre aprendió, en medio de una gran humillación, que no hay que burlarse jamás de los demás. También aprendió que el exceso de confianza es un obstáculo para alcanzar nuestros objetivos.
Moraleja:Esta fábula enseña a los niños que no hay que burlarse jamás de los demás y que el exceso de confianza puede ser un obstáculo para alcanzar nuestros objetivos.
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