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Un pintacuentos es, básicamente, un cuentacuentos pero con una diferencia.
Mientras que el cuentacuentos se limita a contar una historia delante de los niños, atrayendo su atención únicamente con su palabra o, en algunos casos,, con el libro que está narrando, el pintacuentos se comporta como un ilustrador instantáneo y, a la vez que narra, ilustra.
El pintacuentos narra a los niños alguna historia pero conforme los personajes y escenarios van apareciendo en la historia el pintacuentos los dibuja en una pizarra tipo veleda o en un blog gigante de papel.
De este modo los niños jan su atención viendo como de un espacio en blanco comienzan a brotar dibujos que re ejan los elementos claves del relato que están escuchando y descubren de ese modo la base de la magia del dibujo, la creación de un mundo completo a partir de la nada.
En primer lugar el pintacuentos se presenta a los niños en varios idiomas pues es más que frecuente que exista público proveniente de otros países. A continuación inicia un juego divertido de preguntas para que los niños se presenten (así rompen el hielo y se sienten más cercanos al pintacuentos.
A continuación el pintacuentos se presenta como ilustrador y explica a los niños en qué consiste ser ilustrador. Para ello se sirve de una pequeña historia que se ve apoyada por el uso de algún utensilio, entre otros una gafas gigantes que son presentadas como las “Gafas mágicas de ilustrador”, las que pretenden ver los seres mágicos que aparecen en los libros que ellos leen.
Una vez acabada la presentación, el pintacuentos narra un relato largo (No más de 20 minutos) a la vez que dibuja los personajes.
Al nalizar el relato, una vez que los niños han visto el trabajo de ilustración en directo y se han interesado, el pintacuentos propone, a modo de transición hasta que llegue el nuevo cuento, que algunos niños (A ser posible todos) se prueben las “Gafas mágicas de ilustrador” y digan en voz alta lo que estas gafas mágicas les están permitiendo ver.
Con esto se relaja a los niños para prepararlos para la siguiente historia y además se les permite desarrollar su imaginación. Es un momento que realmente tiene algo de mágico por lo que los niños pueden llegar a imaginar y por la forma en que viven la posibilidad de usar las gafas.
OBJETIVOS:
Animar a los niños a la lectura y desarrollar la imaginación así como iniciarles en el mundo de la ilustración: los niños acostumbran a leer cuentos ilustrados pero no se han planteado quién crea esos dibujos y de qué manera. Con esta actividad aprenden cómo se convierte un texto en imágenes y salen con ganas de hacerlo ellos, de coger alguno de sus libros y comenzar a crear dibujos.
MATERIALES: Para esta actividad, todos los materiales los proporciona la asociación. El centro donde se imparta podría aportar, si dispone de ello, una pizarra o porta-folios de gran tamaño.
Mientras que el cuentacuentos se limita a contar una historia delante de los niños, atrayendo su atención únicamente con su palabra o, en algunos casos,, con el libro que está narrando, el pintacuentos se comporta como un ilustrador instantáneo y, a la vez que narra, ilustra.
El pintacuentos narra a los niños alguna historia pero conforme los personajes y escenarios van apareciendo en la historia el pintacuentos los dibuja en una pizarra tipo veleda o en un blog gigante de papel.
De este modo los niños jan su atención viendo como de un espacio en blanco comienzan a brotar dibujos que re ejan los elementos claves del relato que están escuchando y descubren de ese modo la base de la magia del dibujo, la creación de un mundo completo a partir de la nada.
En primer lugar el pintacuentos se presenta a los niños en varios idiomas pues es más que frecuente que exista público proveniente de otros países. A continuación inicia un juego divertido de preguntas para que los niños se presenten (así rompen el hielo y se sienten más cercanos al pintacuentos.
A continuación el pintacuentos se presenta como ilustrador y explica a los niños en qué consiste ser ilustrador. Para ello se sirve de una pequeña historia que se ve apoyada por el uso de algún utensilio, entre otros una gafas gigantes que son presentadas como las “Gafas mágicas de ilustrador”, las que pretenden ver los seres mágicos que aparecen en los libros que ellos leen.
Una vez acabada la presentación, el pintacuentos narra un relato largo (No más de 20 minutos) a la vez que dibuja los personajes.
Al nalizar el relato, una vez que los niños han visto el trabajo de ilustración en directo y se han interesado, el pintacuentos propone, a modo de transición hasta que llegue el nuevo cuento, que algunos niños (A ser posible todos) se prueben las “Gafas mágicas de ilustrador” y digan en voz alta lo que estas gafas mágicas les están permitiendo ver.
Con esto se relaja a los niños para prepararlos para la siguiente historia y además se les permite desarrollar su imaginación. Es un momento que realmente tiene algo de mágico por lo que los niños pueden llegar a imaginar y por la forma en que viven la posibilidad de usar las gafas.
OBJETIVOS:
Animar a los niños a la lectura y desarrollar la imaginación así como iniciarles en el mundo de la ilustración: los niños acostumbran a leer cuentos ilustrados pero no se han planteado quién crea esos dibujos y de qué manera. Con esta actividad aprenden cómo se convierte un texto en imágenes y salen con ganas de hacerlo ellos, de coger alguno de sus libros y comenzar a crear dibujos.
MATERIALES: Para esta actividad, todos los materiales los proporciona la asociación. El centro donde se imparta podría aportar, si dispone de ello, una pizarra o porta-folios de gran tamaño.
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