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Albert Einstein es, sin duda, uno de los pocos científicos identificables a nivel popular; su cara –rodeada de cabellos desordenados- es reconocible en todo el mundo aún para los que no conocen el significado de E=mc2
Albert Einstein nació en Ulm, Baviera, Alemania el 14 de marzo de 1879. Al siguiente año de su nacimiento, sus padres, de religión judía, se trasladaron a Munich, en donde el padre se estableció como comerciante en las novedades electrotécnicas de la época.
En 1895, la familia se mudó a Suiza, un año después el joven Albert renunció a su nacionalidad alemana -cuatro años más tarde le fue concedida la suiza-. Ese mismo año inició sus estudios superiores en la Escuela Técnica Superior de Zurich, en donde fue alumno del matemático Hermann Minkowski. A mediados de 1902, empezó a prestar sus servicios en la Oficina Confederal de la Propiedad Intelectual –más conocida como oficina de patentes- de Berna.
Su vida cambió en 1905, año en el que publicó trabajos sobre teoría cuántica de la luz, movimiento browniano y la teoría de la relatividad, gracias a ellos obtuvo el doctorado por la Universidad de Zurich. Tan sólo estas publicaciones lo colocaron como uno de los grandes físicos europeos pero, a pesar de ser conferencista y profesor de la Universidad de Zurich, mantuvo su trabajo en la oficina de patentes hasta 1909.
En 1914 es nombrado profesor en la Universidad de Berlín, se une a la Academia de Ciencias Prusiana. Desde ese momento Einstein se declara en contra de la invasión de la Alemania a Bélgica –una actitud poco popular entre los alemanes- y firma el Manifiesto a los europeos pero su foco seguía siendo el científico; la mayor parte de su tiempo estaba dedicado a la teoría general de la relatividad. Se basaba en el postulado de que la gravedad no es una fuerza sino un campo creado por la presencia de una masa en el continuum espacio-tiempo.
Sus teorías sobre la luz fueron confirmadas en 1919, al fotografiarse el eclipse solar del 29 de mayo; The Times lo presentó como el nuevo Newton y su fama internacional se amplió a todo el público no sólo a los científicos.
En 1922 le es otorgado el Premio Nobel de Física “por sus servicios a la Física Teórica y especialmente por su descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico”.
Albert Einstein deja Alemania en 1933 con el acceso de Hitler al poder y renuncia a la Academia Prusiana. Emigra a Estados Unidos y en 1940 adquiere la nacionalidad estadounidense.
Aunque el Premio Nobel de Física le fue concedido por un descubrimiento poco complicado –y que usamos todos los días en los elevadores- el trabajo de Einstein desde 1920 hasta su muerte es básico para a la comprensión general de la física y del universo como lo conocemos ahora. La teoría del campo unificado –que pudiera explicar la gravedad, el electromagnetismo, el tiempo y el espacio- fue el centro de sus investigaciones durante muchos años, aunque no pudo encontrar una explicación matemática de ella. Escribió “no se puede evitar la fascinación al contemplar los misterios de la eternidad, la vida y la maravillosa estructura de la realidad. Es suficiente tratar al menos de entender un poco el misterio de cada día".
Einstein dijo una vez que la política poseía un valor pasajero, mientras que una ecuación valía para toda la eternidad, pero aun así a partir de su establecimiento en Estados Unidos se involucró en la política empezando por firmar una carta al presidente Roosevelt instándole a emprender un programa de investigación sobre la energía atómica. Años después abogó ante el presidente Truman por las vidas de los esposos Rosenberg acusados de espionaje por el gobierno norteamericano. Durante años Albert Einstein dedicó parte de su tiempo a crear conciencia sobre los peligros de la energía atómica y la necesidad de un control internacional de ésta.
Los últimos 25 años de su vida los pasó en la Universidad de Princeton en donde murió el 18 de abril de 1955.