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Religiosidad en el Cid:
PRIMER CANTAR
. (pág. 69) – versos 8 y 9: Rodrigo inicia su destierro; sale de Vivar invocando y agradeciendo a Dios, como aceptando con resignación el destino que la providencia divina le ha marcado.
. (pág. 71) – versos 52 a 54: A la salida de Burgos (en Santa María), Rodrigo desmonta su caballo, se arrodilla y ora; luego sigue cabalgando hacia las afueras de Castilla.
. (pág. 81) – versos 215 a 225: A la salida de Santa María, Rodrigo se persigna y nuevamente agradece a Dios e invoca a la Virgen.
. (pág. 84) – versos 280 a 283: Cuando se despide de su familia, se encomienda nuevamente a Dios y a la Virgen, y les pide la gracia de poder casar (o ver casadas) a sus hijas.
. (pág. 85) – versos 300 a 303: Rodrigo ruega a Dios que le dé la posibilidad de devolver todo lo que pierdan, a aquellos que lo iban siguiendo en su destierro.
. (pág. 86) – versos 318 a 320 / (pág. 87) – versos 325 y 326 / (pág. 88) – versos 366 y 367 – (pág. 89) – versos 372 y 373: Todos estos versos refieren a la misa de la Santísima Trinidad, celebrada por Sancho, el Abad del monasterio de San Pedro, misa a la que asiste Rodrigo a maitines (significa: “a la medianoche”). Está a punto de cumplirse el plazo dado por el rey Alfonso VI para que abandone Castilla.
. (pág. 90) – versos 404 a 411: Éstos se refieren al sueño del Cid con el Arcángel Gabriel, quien le predice éxitos. Al despertar, Rodrigo se persigna y experimenta felicidad y confianza porque las palabras del ángel le resultan de buen augurio. Se encomienda a Dios en su última noche en territorio castellano.
SEGUNDO CANTAR
. (pág. 137) – versos 1265 a 1269: Luego de tomar Valencia, el Cid agradece a Dios y a la Virgen María por haber logrado un ejército de 3600 hombres.
. (págs. 138 y 139) – versos 1287 a 1306: Llega a Valencia el obispo Don Jerónimo con la intención de fundar un obispado, lo cual llena de alegría al Cid pues eso les permitiría practicar el Cristianismo (proscrito durante años por los moros que habían invadido Valencia).
. (pág. 157) – versos 1633 a 1639: Ya asentado con su esposa (Doña Jimena) e hijas (Doña Elvira y Doña Sol) en Valencia, Rodrigo agradece a Dios y a la Virgen el haber podido reunirse con su familia.
. (págs. 158 a 160) – versos 1652 a 1656 y verso 1690: El rey moro de Marruecos planea invadir Valencia. Rodrigo tranquiliza a su esposa Doña Jimena diciéndole que va a ganar la batalla con la gracia de Dios y de la Virgen. Momentos antes de la batalla, expresa que atacarán a los moros invasores (al mando de Yusuf, el rey de Marruecos) en el nombre de Dios.