Respuestas
Respuesta dada por:
3
El siglo XV, trajo consigo una verdadera revolución, entendida como cambio, del mundo conocido. Un nuevo escenario, el continente americano, se presentaba por primera vez, ante los europeos, que por obra de la casualidad, de su espíritu aventurero y de las condiciones que hicieron posible su incursión marítima, fue por ellos hallado. Por ese motivo, podemos hablar también de expansión ultramarina, ya que Europa, al encontrar este nuevo continente, lo anexó a sus dominios, acrecentando sus territorios más allá de los mares.

Decimos hallado, y no descubierto, pues las tierras americanas no estaban deshabitadas, sino que poblaciones aborígenes, con distintos grados de civilización, las habían ocupado en forma originaria, ya hacía aproximadamente 12.000 años, de Norte a Sur.
Las nuevas ideas surgidas con el Humanismo habían colocado al hombre en el centro de las preocupaciones, y con el avance del conocimiento que había surgido, a partir de entonces, nacieron nuevos instrumentos de navegación, como la brújula, que señalando el norte permitía una orientación más precisa, al igual que el astrolabio (representaba el universo, y determinaba la posición y el movimiento de los astros) o las cartas de viaje y tratados de navegación como el de Marco Polo il Millione, que hablaban de las regiones de Cipango y Cathay, y naves sofisticadas para la época, las carabelas, que los impulsó a probarlas en el peligroso Océano.
Los navíos abiertos, de épocas anteriores se transformaron en grandes embarcaciones, provistas de velas cuadradas o rectangulares, de cuero o de lona, sostenidas por mástiles, que las impulsaban en forma veloz.
La financiación y seguridad de las campañas estuvo a cargo de las compañías comerciales, con la colaboración de la banca, que permitió la obtención de créditos y la aparición de seguros marítimos que permitían reducir el riesgo de esta gran inversión, que tenía posibilidades de terminar en fracaso.
No debemos creer que las personas que llegaron a América, eran intelectuales humanistas deseosos de comprender y aprender la extensión real de la superficie terrestre y nuevas culturas, sino que eran hombres prácticos y aventureros, que aprovecharon los avances científicos que esa corriente ideológica había producido, para hallar nuevas rutas que los condujeran por otros caminos más seguros a tierras que ya conocían.
La idea era hallar una comunicación más directa y menos riesgosa con África, primero, y luego con Asia, específicamente, con la India (las islas indonésicas, China y Japón) de dónde obtenían las especias, fundamentales para su vida cotidiana, sobre todo el clavo, que se hallaba en las Malucas y en las islas situadas al este del archipiélago malayo, ya que les permitían la conservación de alimentos, en una época que no existía la refrigeración. En Europa sólo se contaba con sal común y azafrán.
Para obtener esos productos se utilizaban hasta ese momento, las rutas terrestres, pero eran muy lentas, y los turcos, que se habían apoderado de Constantinopla, ciudad que unía comercialmente a Occidente con Oriente, comenzaron a revender los productos, que antes los occidentales compraban directamente, impidiéndoles seguir avanzando, para ganar con lo producido de la reventa, ya que se los revendían mucho más caros.
Los primeros estados en iniciar los viajes de exploración fueron España y Portugal, ya que contaban con una amplia tradición marítima, por su posición privilegiada, con salida al Océano Atlántico y estaban políticamente más estables al haber culminado la reconquista de sus territorios, que habían estado en manos de los árabes.
En la costa sur de ambos países, los comerciantes italianos, habían establecido factorías (establecimientos destinados al comercio) lo que les permitió obtener dinero para financiar las campañas.
Los portugueses habían hallado una ruta marítima que los conectaba con las Indias, como llamaban genéricamente a las zonas asiáticas, por donde comerciaban oro, esclavos y especias.
.
.

Decimos hallado, y no descubierto, pues las tierras americanas no estaban deshabitadas, sino que poblaciones aborígenes, con distintos grados de civilización, las habían ocupado en forma originaria, ya hacía aproximadamente 12.000 años, de Norte a Sur.
Las nuevas ideas surgidas con el Humanismo habían colocado al hombre en el centro de las preocupaciones, y con el avance del conocimiento que había surgido, a partir de entonces, nacieron nuevos instrumentos de navegación, como la brújula, que señalando el norte permitía una orientación más precisa, al igual que el astrolabio (representaba el universo, y determinaba la posición y el movimiento de los astros) o las cartas de viaje y tratados de navegación como el de Marco Polo il Millione, que hablaban de las regiones de Cipango y Cathay, y naves sofisticadas para la época, las carabelas, que los impulsó a probarlas en el peligroso Océano.
Los navíos abiertos, de épocas anteriores se transformaron en grandes embarcaciones, provistas de velas cuadradas o rectangulares, de cuero o de lona, sostenidas por mástiles, que las impulsaban en forma veloz.
La financiación y seguridad de las campañas estuvo a cargo de las compañías comerciales, con la colaboración de la banca, que permitió la obtención de créditos y la aparición de seguros marítimos que permitían reducir el riesgo de esta gran inversión, que tenía posibilidades de terminar en fracaso.
No debemos creer que las personas que llegaron a América, eran intelectuales humanistas deseosos de comprender y aprender la extensión real de la superficie terrestre y nuevas culturas, sino que eran hombres prácticos y aventureros, que aprovecharon los avances científicos que esa corriente ideológica había producido, para hallar nuevas rutas que los condujeran por otros caminos más seguros a tierras que ya conocían.
La idea era hallar una comunicación más directa y menos riesgosa con África, primero, y luego con Asia, específicamente, con la India (las islas indonésicas, China y Japón) de dónde obtenían las especias, fundamentales para su vida cotidiana, sobre todo el clavo, que se hallaba en las Malucas y en las islas situadas al este del archipiélago malayo, ya que les permitían la conservación de alimentos, en una época que no existía la refrigeración. En Europa sólo se contaba con sal común y azafrán.
Para obtener esos productos se utilizaban hasta ese momento, las rutas terrestres, pero eran muy lentas, y los turcos, que se habían apoderado de Constantinopla, ciudad que unía comercialmente a Occidente con Oriente, comenzaron a revender los productos, que antes los occidentales compraban directamente, impidiéndoles seguir avanzando, para ganar con lo producido de la reventa, ya que se los revendían mucho más caros.
Los primeros estados en iniciar los viajes de exploración fueron España y Portugal, ya que contaban con una amplia tradición marítima, por su posición privilegiada, con salida al Océano Atlántico y estaban políticamente más estables al haber culminado la reconquista de sus territorios, que habían estado en manos de los árabes.
En la costa sur de ambos países, los comerciantes italianos, habían establecido factorías (establecimientos destinados al comercio) lo que les permitió obtener dinero para financiar las campañas.
Los portugueses habían hallado una ruta marítima que los conectaba con las Indias, como llamaban genéricamente a las zonas asiáticas, por donde comerciaban oro, esclavos y especias.
.
.
Preguntas similares
hace 6 años
hace 6 años
hace 9 años
hace 9 años
hace 9 años