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Era el 8 de diciembre de 1854 y las campanas de las 300 torres de Roma se echaron a vuelo. Palomas mensajeras salieron volando en todas las direcciones llevando la gran noticia: el sumo pontífice Pío IX o Pío Nono (1846-1878), luego de recibir misiones de todos los obispos y universidad católicas de todo el mundo, había declarado solemnemente que María, madre de Jesús, fue concebida sin pecado original.
PUBLICIDADinRead invented by TeadsEste dogma de fe declara que por una gracia especial de Dios, ella fue preservada de todo pecado desde su concepción. No debe confundirse este precepto o doctrina con la de la maternidad virginal de María, que sostiene que Jesús fue concebido sin intervención de varón y que ella permaneció virgen antes, durante y después del embarazo.
La doctrina se reafirma con la expresión “llena de gracia”, contenida en el saludo del arcángel Gabriel y recogida en la oración del Ave María. Es el aspecto de ser libre de pecado por la gracia de Dios.