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Uno de los campos que mas interés genera, dentro de las disciplinas que integran los estudios de protocolo, es la Grafología.
A través de la escritura, el ser humano, la empresa o la institución está diciendo casi todo sobre sí mismo. No nos damos cuenta de la importancia que tiene el elegir un color para las tintas, el colocar por ejemplo la firma o el logo, a la izquierda, o centrado, o a la derecha del documento. No es lo mismo firmar sobre el nombre, que debajo de este, o como algunos ilustres, que firman sobre su propio nombre invadiendo ese campo.
Cada día damos señales sobre nuestro verdadero yo. Firmamos documentos en el banco, el trabajo o en las notas que dejamos a nuestros amigos. Todo ello es una huella indiscutible y de muy difícil manipulación. Es el enlace directo entre nuestro pensamiento mas intimo y el mundo que nos rodea.
Algunas de las ultimas firmas que he analizado, y con las que he disfrutado mas, han sido por ejemplo, la del Papa Francisco que se muestra como un revolucionario y apasionado.
Pero a lo que iba. Cuando tratamos la firma en el protocolo personal, lo primero que hay que cuidar es que la firma no aparezca nunca sobre el texto, ya que superponer la letra denota un carácter impertinente, invasivo y con falta total de consideración hacia los demás. Otro rasgo negativo es escribir o dibujar una rubrica con rasgos angulosos o formada por palitos o filamentos, rasgos que definen a las personas duras, intransigentes o excesivamente meticulosas y violentas.
A partir de ahí, hay otras posiciones que resumiré rápidamente:
Firma próxima al texto: persona dinámica, a la que le gusta el trato social, extrovertida. Este rasgo se refuerza si la letra es de formas redondeadas, que añaden flexibilidad y amabilidad.
Firma situada a la izquierda del texto o documento: hablamos de una persona reservada, cuanto mas a la izquierda esté, mas tímida será e insegura.
Firma centrada en el folio, si ademas va acompañada de una letra de mayor tamaño que la usada en el texto, quiere decir que estamos ante una persona a la que le gusta impresionar, que se siente superior a los demás, y que tiende a ser dominante.
Firma muy alejada del texto: es la expresión de una persona muy independiente que no socializa con facilidad y que de ser exagerada la posición distante con el texto, nos avisa de que podemos estar ante una persona con fobias.
Firma próxima al texto, muy pegada pero sin llegar a tocarlo: son personas dependientes emocionalmente, muy apegadas a la familia, sencillas y que saben escuchar.
En la forma podemos decir que: Cuando la letra o rubrica es angulosa, estamos ante una persona dura, firme, decidida.
Las firmas muy adornadas y con grandes iniciales, sin duda nos muestran a un ser humano, creativo, pero sobre narciso y vanidoso, al que le encantan los halagos y ser el centro del mundo. Y por lo tanto una persona frágil que necesita en el fondo sentirse arropado.
Una persona que firma sencillamente con su nombre, es agradable de fácil trato, y a gusto consigo mismo, no necesita adornos como el caso anterior.
La firma legible, independientemente de su tamaño y otros rasgos, suele ser la de personas que se responsabilizan de sus actos, y que no se dejan llevar por las mentiras o las falsas apariencias.
A través de la escritura, el ser humano, la empresa o la institución está diciendo casi todo sobre sí mismo. No nos damos cuenta de la importancia que tiene el elegir un color para las tintas, el colocar por ejemplo la firma o el logo, a la izquierda, o centrado, o a la derecha del documento. No es lo mismo firmar sobre el nombre, que debajo de este, o como algunos ilustres, que firman sobre su propio nombre invadiendo ese campo.
Cada día damos señales sobre nuestro verdadero yo. Firmamos documentos en el banco, el trabajo o en las notas que dejamos a nuestros amigos. Todo ello es una huella indiscutible y de muy difícil manipulación. Es el enlace directo entre nuestro pensamiento mas intimo y el mundo que nos rodea.
Algunas de las ultimas firmas que he analizado, y con las que he disfrutado mas, han sido por ejemplo, la del Papa Francisco que se muestra como un revolucionario y apasionado.
Pero a lo que iba. Cuando tratamos la firma en el protocolo personal, lo primero que hay que cuidar es que la firma no aparezca nunca sobre el texto, ya que superponer la letra denota un carácter impertinente, invasivo y con falta total de consideración hacia los demás. Otro rasgo negativo es escribir o dibujar una rubrica con rasgos angulosos o formada por palitos o filamentos, rasgos que definen a las personas duras, intransigentes o excesivamente meticulosas y violentas.
A partir de ahí, hay otras posiciones que resumiré rápidamente:
Firma próxima al texto: persona dinámica, a la que le gusta el trato social, extrovertida. Este rasgo se refuerza si la letra es de formas redondeadas, que añaden flexibilidad y amabilidad.
Firma situada a la izquierda del texto o documento: hablamos de una persona reservada, cuanto mas a la izquierda esté, mas tímida será e insegura.
Firma centrada en el folio, si ademas va acompañada de una letra de mayor tamaño que la usada en el texto, quiere decir que estamos ante una persona a la que le gusta impresionar, que se siente superior a los demás, y que tiende a ser dominante.
Firma muy alejada del texto: es la expresión de una persona muy independiente que no socializa con facilidad y que de ser exagerada la posición distante con el texto, nos avisa de que podemos estar ante una persona con fobias.
Firma próxima al texto, muy pegada pero sin llegar a tocarlo: son personas dependientes emocionalmente, muy apegadas a la familia, sencillas y que saben escuchar.
En la forma podemos decir que: Cuando la letra o rubrica es angulosa, estamos ante una persona dura, firme, decidida.
Las firmas muy adornadas y con grandes iniciales, sin duda nos muestran a un ser humano, creativo, pero sobre narciso y vanidoso, al que le encantan los halagos y ser el centro del mundo. Y por lo tanto una persona frágil que necesita en el fondo sentirse arropado.
Una persona que firma sencillamente con su nombre, es agradable de fácil trato, y a gusto consigo mismo, no necesita adornos como el caso anterior.
La firma legible, independientemente de su tamaño y otros rasgos, suele ser la de personas que se responsabilizan de sus actos, y que no se dejan llevar por las mentiras o las falsas apariencias.
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