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es un proceso que consiste en absorber aire para asimilar ciertas sustancias y después expulsarlo tras esta modificación. Traqueal, por otra parte, es aquello vinculado a la tráquea.
En ciertas especies, como el ser humano, la tráquea es el sector de las vías de respiración que se extiende entre los bronquios y la laringe. En los insectos, en cambio, se denomina tráquea a los conductos ramificados que forman su aparato respiratorio.
La respiración traqueal, por lo tanto, es aquella que llevan adelante los insectos, los arácnidos y otros seres vivos haciendo uso de estos órganos. Las tráqueas dan lugar a un sistema compuesto por estos conductos, los cuales ingresan en los tejidos. De esta manera, el oxígeno llega a las células de manera directa y no interviene el aparato circulatorio.
Esto quiere decir que, a través de la respiración traqueal, el aire se moviliza sin llegar al líquido circulatorio conocido como hemolinfa (que cumple una función análoga a la sangre en el ser humano y en el resto de los vertebrados). Mediante las tráqueas, los gases ingresan en las células sin otra intermediación.
Las tráqueas están conectadas al exterior mediante espiráculos o estigmas, que es el nombre que reciben los poros que se abren y se cierran. De este modo, el aire ingresa por los espiráculos, pasa a las tráqueas y circula por estos conductos. Luego llega a las ramificaciones estrechas de las tráqueas, conocidas como traqueolas, que ingresan en las células. En las traqueolas, finalmente, se produce el intercambio de dióxido de carbono, oxígeno y otros elementos.
Veamos los tres elementos fundamentales del sistema traqueal en detalle:
* espiráculos: también llamados estigmas, como se menciona anteriormente, son poros de forma redondeada que pueden contar con una cavidad estructurada a base de espinas o pelos que reducen al máximo la pérdida de agua y bloquean el ingreso de parásitos y polvo, o bien que se abren de manera directa al exterior. Es importante mencionar que los espiráculos tienen más de un sistema de cierre y que en cada orden de insectos pueden estar distribuidos de forma diferente, aunque suele haber un par por cada segmento de su cuerpo;
* tráqueas: se trata de tubos huecos que permiten la circulación de los gases usados en la respiración. Cuentan con un revestimiento de cutícula y un espiral de anillos que sirven de refuerzo y sostén para evitar un eventual colapso. A lo largo de toda su extensión, presentan un tejido permeable a los gases y pueden tener sacos aéreos, o sea cámaras capaces de almacenar aire y dilatarse, los cuales resultan muy útiles durante el vuelo;
* traqueolas: es el tercero de los componentes de la respiración traqueal y consiste en la ramificación de las tráqueas, las cuales se afinan y permiten el transporte de gases metabólicos en ambas direcciones con los tejidos.
Dado que la respiración traqueal es usada por tantas especies diferentes, existen variaciones a dicho sistema, como el que presentan ciertos insectos acuáticos, los cuales tienen traqueobranquias, estructuras branquiales que poseen un capa muy delgada de cutícula en su exterior y que dan lugar a un intercambio directo de gases por medio del tegumento.
En el caso de los arácnidos, por otra parte, coexisten dos sistemas diferentes: la respiración traqueal y los pulmones laminares (también conocidos como pulmones en libro o filotráqueas, son órganos que permiten intercambiar gases atmosféricos y que presentan una estructura con cavidades que asemejan las páginas de un libro). Los onicóforos, que en algunos libros se denominan gusanos aterciopelados, también poseen un sistema de tráqueas, con espiráculos que se abren al exterior, pero que no cuentan con la posibilidad de regular el diámetro.