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Trazar la historia de un pueblo nómada no es fácil. La escritura, las inscripciones y otros elementos son atributos de las sociedades sedentarias. Aquello que se conoce de los pueblos nómadas en el pasado y en el presente viene de fuentes sedentarias. Uno de los testimonios más antiguos de tribus nómadas lo presenta la Biblia, especialmente en los relatos del Génesis y del Éxodo. A partir de Génesis 12, comienza el relato de Abraham, un personaje que para algunos estudiosos denota más bien el nombre de una tribu nómada del Medio Oriente. Dice el relato bíblico que Abraham partió de Ur de los Caldeos hacia la tierra de Canaán. El relato describe cómo debió ser la vida de las tribus nómadas en la región entre el 2000 a. C. y el 1000 a. C., tiempo en el que se registra una gran actividad humana y un desplazamiento de pueblos entre Mesopotamia y Egipto. Los descendientes de este Abraham, Isaac y Jacobcontinuaron siendo nómadas hasta que se asentaron definitivamente en Egipto, en lo que puede ser leído como un intento de sedentarización forzada por parte de los gobernantes de ese imperio y en lo que debió suceder en muchas ocasiones con otras tribus nómadas. El Éxodo narra cómo esta tribu nómada, obligada por los egipcios a la sedentarización, regresó al desierto y vivió por 40 años de nuevo como tribu nómada hasta las conquistas de Canaán.
La arqueología es otra fuente del paso de los pueblos nómadas por la tierra y su actividad, siempre asociada a la caza. Por último, el testimonio viviente son los pueblos nómadas contemporáneos, descendientes de aquellos antiguos y que son hoy una fuente vital de estudio y comprensión del nomadismo.
Sus construcciones son viviendas fácilmente desmontables, que montan las mujeres de la tribu en apenas un día, mientras los hombres construyen la envolvente defensiva del campamento o gob. Dependientes del camello como medio de transporte y supervivencia (venden su leche), la vivienda se diseña de manera que todas sus piezas puedan ser transportadas sobre éste sin esfuerzo.
El asentamiento típico se compone de doce cabañas, y suele tener unos 100 habitantes. Se construye entorno a un “nabo” o “naapo” centro ritual donde se reúnen los ancianos entorno a un fuego. Tras definir el nabo y encender el fuego, cada mujer coge una brasa del fuego y se la lleva al lugar donde colocará su vivienda. Cada cabaña pertenece a una mujer casada.