Respuestas
l proceso independentista se desarrolla a lo largo de unos quince años, y afecta a todas las provincias americanas que pertenecían a la corona española: duración y diversidad que deberían incitar a pensar en varios tipos de guerra más bien que en uno solo, y a recordar también que hubo diferentes clases de combatientes -guerra regular y guerrilla, insurrecciones urbanas y campesinas, revoluciones autóctonas y liberación exportada; vecinos, llaneros y gauchos, regimientos regulares, indios armados de hondas... Pues bien, una abrumadora mayoría de relatos históricos toma en consideración solamente la epopeya de los ejércitos de liberación- las de San Martín y Bolívar. Por ignorar que muchas provincias de América del Sur, en la cual surgieron juntas autónomas desde 18091, llegaron a proclamarse independientes, y por olvidar las guerras que emprendieron, sus motivaciones y sus proyectos, la historia de la guerra de independencia desembocó a veces en callejones sin salida, esto es los de las historias-batalla y los de la historia convencional.
2 Una historia que no se confunde con la del proceso que conduce a la independencia. Hay sin embargo (...)3 Bajo el término de “Valles” se designa la región accidentada comprendida entre el altiplano andino (...)2Sin embargo, la historia de la guerra2 tiene su lugar en una historia empeñada en entender el pasado. El tema es inmenso, y es necesario circunscribirlo. Voy a limitar por ello el presente estudio a las luchas que libraron en los Andes sus habitantes, gentes de Quito, del Cuzco o de los Valles3 del Alto Perú, y a averiguar el sentido que atribuían a sus levantamientos. ¿Cómo concebían su lucha las insurrecciones autóctonas?
4 Modernidad real, incluso si no correspondía a los criterios de Tocqueville. Sobre la adopción y de (...)3Se impone una primera observación: sus justificaciones parecen incongruentes. Esas guerras que se llevaron acabo en nombre de principios nuevos que fundaban la modernidad política4, fueron emprendidas por hombres que hacían gala de la ortodoxia y pureza de su catolicismo, el mismo que oponían a la irreligiosidad de sus adversarios, metropolitanos y realistas americanos seducidos por valores seculares, de alguna manera afrancesados.
4Hombres combaten en nombre de la Patria contra el rey, en nombre de la libertad contra la opresión, en nombre de los valores revolucionarios contra el antiguo régimen. Y, no obstante, no dejan de proclamarse buenos católicos y de satanizar a sus adversarios. Irritante obstinación: el historiador (sobre todo si es francés) puede muy bien concebir una guerra de independencia que se lleva adelante en nombre de valores seculares, imaginar un combate en pro de la modernidad en el cual no hay lugar para la fe. ¿Por qué, pues, los actores de la independencia hispanoamericana insistían de tal modo en la dimensión religiosa de su empresa?