Respuestas
El fracaso a mediados del siglo IX del proyecto político centralizador propuesto por Carlomagno , llevó a la formación de un sistema político, económico y social que sera conocido con el nombre de feudalismo. Un sistema de fragmentación de la tierra, en donde el Señor sera juez, administrador y militar de la misma. Esta porción de tierra en donde el Señor podrá hacer cumplir su ley sera el feudo. En estos feudos los campesinos ofrecen sus servicios al señor y labran su tierra a cambio de su protección, y entre los señores se desarrollan relaciones feudovasalláticas, es decir que se darán entre los señores vínculos de fidelidad a cambio de la entrega de tierras por parte de un señor con mas poder a otro.
La situación de inseguridad subsiguiente a la caída del imperio Carolingio condujo a los jefes germánicos a la necesidad de rodearse de fieles en quienes poder confiar para garantizar su seguridad personal y como ayuda ante posibles campañas militares.
Con el mayor peso de la guerra se fue primando más a los señores militares. Las relaciones entonces se articularon alrededor de dos elementos clave, el vasallaje y el feudo. Para asegurarse la lealtad del vasallo, el señor le entregaba a cambio un bien de naturaleza real, el feudo; éste se materializaba en forma de tierras o derechos, pero nunca con la propiedad plena sobre el mismo.
El acuerdo entre ambos se efectuaba mediante la ceremonia del homenaje, por la cual el vasallo juraba fidelidad al señor, y éste lo acogía, ofreciéndole defensa y protección. Con el tiempo, el título de propiedad del feudo pasó a ser hereditario, pero el homenaje debía renovarse en cada transmisión.
Junto con el feudo, el vasallo recibia los siervos que habia en él, no como propiedad esclavista, pero tampoco en régimen de libertad; puesto que su condición servil les impedia abandonarlo y les obligaba a trabajar. Las obligaciones del señor del feudo incluian el mantenimiento del orden, o sea, la jurisdicción civil y criminal, a esto se lo llamara Poder de Ban. Como monopolio señorial solían quedar la explotación de los bosques y la caza, los caminos y puentes, los molinos, las tabernas y tiendas.
El feudo debía tener capacidad para generar ingresos suficientes a quien lo detentaba. Sobre el dominio señorial se percibían unas prestaciones que podían ser en especie o monetarias, como jornadas de trabajo en las tierras del señor, pago de tributos, contribuciones y tasas, o por la utilización de determinados servicios o bienes.
Los señores feudales no eran siempre militares, sino que la propia Iglesia estaba también integrada en este sistema. Las catedrales, abadías y monasterios tenían también posesiones, y el diezmo se convertiría para estos en una de sus fuentes principales de recursos.
Por aquel entonces no había clases sociales sino estamentos, es decir no había movilidad social y el que nacía pobre moría pobre. Los tres estamentos se dividían en: los Caballeros (los que luchaban) los sacerdotes (los que rezaban) y los siervos (los que trabajaban). Los campesinos eran el sostén económico de los sacerdotes y de los caballeros. Por lo que no eran libres de elegir a su señor o de trasladarse a otro castillo. Debían cultivar las tierras del señor o de la iglesia y pagar impuestos o diezmos según el caso. Este orden se suponía que era divino y que Dios lo había querido así, así que el que se oponía a este orden “se oponía a Dios”.