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Alexander Fleming descubrió, sin pretenderlo, la penicilina. Su hallazgo cambió el curso de la historia de la medicina porque inauguró una nueva familia de medicamentos, los antibióticos, disminuyó la mortalidad y la morbilidad de la población y posibilitó el desarrollo de nuevas especialidades médicas.
"Yo no intentaba descubrir la penicilina, me tropecé con ella", reconoció Fleming, lo que indica que su hallazgo fue el resultado de una conjunción de circunstancias. Todo comenzó cuando le encargaron preparar un capítulo para un tratado de bacteriología.
La casualidad quiso que el Dr. Fleming interrumpiera su trabajo para irse de vacaciones y a su regreso al laboratorio del Hospital St. Mary´s de Londres, en septiembre de 1928, observó que en una de las placas de estafilococos patógenos que estaba examinando se había producido una masa verde azulada, que era consecuencia de la contaminación por un hongo del aire ('Penicillium notatum').
El investigador vio que el desarrollo de una colonia del hongo había inhibido el crecimiento del estafilococo a su alrededor. Acababa de descubrir la peinicilina.
'La penicilina no es un descubrimiento más, sino que es el punto de partida de los antimicrobianos más utilizados y los menos tóxicos que se conocen, los B-lactámicos, que incluyen desde moléculas tan utilizadas como la amoxicilina hasta otras con aplicación en pacientes críticos'.
A pesar de que ya han transcurrido 76 años, la penicilina sigue siendo útil hoy día. Entre sus usos clínicos se destaca el tratamiento de la faringoamigdalitis estreptocócicas, de la sífilis y la profilaxis de la fiebre reumática.
Largo camino
El hallazgo de Alexander Fleming tuvo un gran impacto científico durante los dos años siguientes, pero después entra en un periodo de silencio y casi no se volvió a hablar nada de la penicilina hasta los años 40. Ni siquiera el propio Fleming divulgaba lo que sabía sobre su descubrimiento, según recoge el libro.
El 12 de febrero de 1941 se realizó el primer ensayo clínico de la penicilina con humanos, pero su utilización no se generalizó hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando la necesidad de curar las heridas de los soldados hizo que se aplicara el fármaco en diferentes soluciones. Así, todos los heridos graves de la batalla de Normandía (1944) pudieron ser tratados con penicilina.
Gracias a los buenos resultados que la penicilina demostró con los heridos de guerra, Fleming recibió en 1945 el Premio Nobel por su descubrimiento, junto con E. Chain y W. Florey, que también tuvieron mucho que ver en el desarrollo del fármaco.
La penicilina revolucionó la medicina de la época y dio origen, una vez acabada la II Guerra Mundial a una gran industria farmacéutica.
"Yo no intentaba descubrir la penicilina, me tropecé con ella", reconoció Fleming, lo que indica que su hallazgo fue el resultado de una conjunción de circunstancias. Todo comenzó cuando le encargaron preparar un capítulo para un tratado de bacteriología.
La casualidad quiso que el Dr. Fleming interrumpiera su trabajo para irse de vacaciones y a su regreso al laboratorio del Hospital St. Mary´s de Londres, en septiembre de 1928, observó que en una de las placas de estafilococos patógenos que estaba examinando se había producido una masa verde azulada, que era consecuencia de la contaminación por un hongo del aire ('Penicillium notatum').
El investigador vio que el desarrollo de una colonia del hongo había inhibido el crecimiento del estafilococo a su alrededor. Acababa de descubrir la peinicilina.
'La penicilina no es un descubrimiento más, sino que es el punto de partida de los antimicrobianos más utilizados y los menos tóxicos que se conocen, los B-lactámicos, que incluyen desde moléculas tan utilizadas como la amoxicilina hasta otras con aplicación en pacientes críticos'.
A pesar de que ya han transcurrido 76 años, la penicilina sigue siendo útil hoy día. Entre sus usos clínicos se destaca el tratamiento de la faringoamigdalitis estreptocócicas, de la sífilis y la profilaxis de la fiebre reumática.
Largo camino
El hallazgo de Alexander Fleming tuvo un gran impacto científico durante los dos años siguientes, pero después entra en un periodo de silencio y casi no se volvió a hablar nada de la penicilina hasta los años 40. Ni siquiera el propio Fleming divulgaba lo que sabía sobre su descubrimiento, según recoge el libro.
El 12 de febrero de 1941 se realizó el primer ensayo clínico de la penicilina con humanos, pero su utilización no se generalizó hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando la necesidad de curar las heridas de los soldados hizo que se aplicara el fármaco en diferentes soluciones. Así, todos los heridos graves de la batalla de Normandía (1944) pudieron ser tratados con penicilina.
Gracias a los buenos resultados que la penicilina demostró con los heridos de guerra, Fleming recibió en 1945 el Premio Nobel por su descubrimiento, junto con E. Chain y W. Florey, que también tuvieron mucho que ver en el desarrollo del fármaco.
La penicilina revolucionó la medicina de la época y dio origen, una vez acabada la II Guerra Mundial a una gran industria farmacéutica.
yand05:
Grasias
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