• Asignatura: Castellano
  • Autor: DaniM605
  • hace 9 años

Argumentos en contra de la inclusión

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Respuesta dada por: isaloa
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LA UNI EN LA CALLELa inclusión educativa a debate

“En el momento social y político neoliberal en el que nos encontramos no es viable una inclusión educativa”, sostiene la autora

02 febrero 2015
11:28La inclusión educativa a debate" class="social-button ot-tweet" style="background:#43bedd;">La inclusión educativa a debate" class="social-button ot-meneame" style="background:#FF6400;" data-url="https://www.lamarea.com/2015/02/02/la-inclusion-educativa-debate/"> Varios estudiantes se relajan entre clase y clase / Universidad Autónoma de Madrid

MERCEDES SÁNCHEZ SÁINZ

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El principio de inclusión supone lo contrario a la exclusión, supone no dejar a nadie fuera, implica una escuela para todxs. Va más allá del primer paso que fue la integración, va más allá de la ubicación de lxs alumnxs con necesidades especiales en los centros ordinarios.

No supone una educación para unxs pocxs a la que se tienen que adaptar otrxs tantxs, parte de la base de una escuela para todxs y de todxs en la que todxs pueden participar de manera activa. Implica, por tanto, la transformación de los centros y las dinámicas escolares para incluir a todo el alumnado, dando una respuesta de calidad a toda la población infantil sin exclusiones. Ya no nos encontramos en un modelo integrador, en el que, por esencia de su propia filosofía, hay unxs que integran y otrxs que son integradxs, no, ahora nos encontramos en un modelo inclusivo o de escuela para todxs.

Pero, ¿puede haber inclusión en un sistema educativo ya creado en su momento para unxs cuantxs? Si la escuela no cambia sus formas, no da un giro a su estructura, a su organización y a sus claves didácticas, difícilmente podrá haber inclusión. Habrá integración, es decir educación como derecho para todxs y como localización de las personas diversas en centros ordinarios, pero no se seguirá una filosofía inclusiva sin exclusiones de algún tipo. Para ello no se puede partir de lo que lleva más de cincuenta años establecido, para la verdadera inclusión habría que partir de cero, de una escuela para todxs de verdad, desde su raíz, no de una escuela que se ha ido adaptando a cambios sobre una raíz diseñada para la homogeneidad y la homogeneización.

Evidentemente, no se puede pensar en no excluir, si no se da una respuesta acorde con las necesidades que plantea cada sujeto de forma individual. De ahí que sea preciso dotar al sistema educativo, desde las Administraciones competentes, de los recursos y medidas necesarios para tal fin. En consecuencia, la escuela debe ser capaz de adaptar la respuesta educativa a las características individuales, y por tanto diferencia­les, del alumnado que escolariza.

No obstante, surgen más interrogantes: ¿es posible ofrecer una respuesta individualizada en un sistema educativo cargado de recortes?, ¿es posible ofrecer recursos si no hay dinero para la educación?, ¿es posible ofrecer individualización si no se destinan fondos a la formación del profesorado?, ¿es posible que un cuerpo docente maltratado e infravalorado ofrezca respuestas de calidad? Prefiero dejar estas cuestiones en el aire porque responderlas sería desolador.

Resulta obvio que no nos encontramos ante una escuela inclusiva, no nos encontramos ante una escuela de la diversidad, podrá ser lo que viene escrito en la ley, pero no es la filosofía de nuestras autoridades políticas, ni tan siquiera es la filosofía de nuestros centros docentes. Es imposible una escuela inclusiva basada en la excelencia de unxs pocxs y en la competitividad, como son las ideas de cambio que se respiran en el ambiente. Es imposible una escuela inclusiva donde la diversidad sexual es censurada y cuestionada, es imposible una escuela inclusiva en la que la diferencia de clases es cada vez más patente. Es imposible una escuela inclusiva en la que se continúan marcando cada vez de manera más significativa los géneros binarios, es imposible una escuela inclusiva en la que la diversidad cultural tiene que pasar por el asimilacionismo… En definitiva, hoy por hoy, en el momento social y político neoliberal en el que nos encontramos, no es viable una inclusión educativa. Esperemos que, al menos, se mantenga la integración y no volvamos a etapas anteriores, si cabe, más segregadoras.

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Mercedes Sánchez Sáinz es Doctora en Educación. Pedagoga. Logoterapeuta Infantil. Profesora desde hace quince años del departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Facultad de Educación (Universidad Complutense de Madrid). Es autora de diversas publicaciones relacionadas con la inclusión educativa, la última editada por La Catarata y titulada Inclusión educativa: aspectos didácticos y organizativos. Especialista en diversidad educativa por cuestiones de género, diversidades sexuales e identidad sexual y de género.


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