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Reparar fracturas
El organismo está siempre alerta. También cuando se produce una rotura, momento en el que se desencadenan diversos procesos de reparación que varían la dinámica normal de un hueso, empezando por una consolidación inestable o flexible que se denomina callo, que consiste en unir con tejido fibroso los fragmentos de la fractura; seguida de una inflamación, hematoma y exudado por ruptura de vasos que rodean al foco de la fractura. “Al mismo tiempo, tiene lugar la reabsorción de la parte necrótica o muerta de los extremos de las fracciones rotas mediante los osteoclastos”, afirma Santos.
Tras un período de aproximadamente dos o tres semanas, apuntan los expertos, el tejido fibroso ha dado lugar al callo blando, un tejido fibrocartilaginoso que aporta la estabilidad suficiente para evitar el acortamiento del hueso, pero no la angulación. “Por ello es importante que esté bien recto y alineado mientras suelda y de ahí el uso de escayolas, o incluso varillas de titanio”, manifiesta Leonor Santos, también profesora asociada en la Universidad de Málaga.
Este callo blando se va mineralizando, endureciendo, a partir de la tercera y cuarta semana, pero no se vuelve completamente rígido hasta tres o cuatro meses después, momento en que se aprecia la formación del denominado callo duro. “El paciente suele percibirlo como un bulto duro, más grueso que el hueso original, en donde antes estaba la fractura”, sostiene.
Finalmente, tiene lugar la remodelación, que puede durar de meses a años. “Es un proceso en el cual el hueso va recuperando su forma original, en función de la actividad que el paciente realiza, por lo que es importante que éste la vaya recuperando en el miembro roto paulatinamente”, manifiesta la experta.
De hecho, es precisamente dicha actividad la encargada de guiar a las células, instruirlas sobre la forma y la fuerza que debe tener el hueso que se está rehaciendo. Es lo que se conoce como ‘Ley de Wolff’, por el cirujano que la enunció, Julius Wolff: “La forma y estructura de los huesos dependen del esfuerzo y la tensión a los que están sometidos”.
El organismo está siempre alerta. También cuando se produce una rotura, momento en el que se desencadenan diversos procesos de reparación que varían la dinámica normal de un hueso, empezando por una consolidación inestable o flexible que se denomina callo, que consiste en unir con tejido fibroso los fragmentos de la fractura; seguida de una inflamación, hematoma y exudado por ruptura de vasos que rodean al foco de la fractura. “Al mismo tiempo, tiene lugar la reabsorción de la parte necrótica o muerta de los extremos de las fracciones rotas mediante los osteoclastos”, afirma Santos.
Tras un período de aproximadamente dos o tres semanas, apuntan los expertos, el tejido fibroso ha dado lugar al callo blando, un tejido fibrocartilaginoso que aporta la estabilidad suficiente para evitar el acortamiento del hueso, pero no la angulación. “Por ello es importante que esté bien recto y alineado mientras suelda y de ahí el uso de escayolas, o incluso varillas de titanio”, manifiesta Leonor Santos, también profesora asociada en la Universidad de Málaga.
Este callo blando se va mineralizando, endureciendo, a partir de la tercera y cuarta semana, pero no se vuelve completamente rígido hasta tres o cuatro meses después, momento en que se aprecia la formación del denominado callo duro. “El paciente suele percibirlo como un bulto duro, más grueso que el hueso original, en donde antes estaba la fractura”, sostiene.
Finalmente, tiene lugar la remodelación, que puede durar de meses a años. “Es un proceso en el cual el hueso va recuperando su forma original, en función de la actividad que el paciente realiza, por lo que es importante que éste la vaya recuperando en el miembro roto paulatinamente”, manifiesta la experta.
De hecho, es precisamente dicha actividad la encargada de guiar a las células, instruirlas sobre la forma y la fuerza que debe tener el hueso que se está rehaciendo. Es lo que se conoce como ‘Ley de Wolff’, por el cirujano que la enunció, Julius Wolff: “La forma y estructura de los huesos dependen del esfuerzo y la tensión a los que están sometidos”.
AndresCruz12:
gracias ;D
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Porque cuando un hueso del cuerpo sufre una rotura automáticamente después de poco mas de 2 días el calcio extra empieza a formar masas de calcio para poder sellar de nuevo el hueso dañado. es el tejido oseo
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