Respuestas
El colonialismo y la pérdida de territorios
La Dinastía Qing, la última al poder, demostró una notable ineficacia cuando se trató del resguardo de los territorios de China.
A esta se le responsabiliza de haber perdido el control sobre Taiwan y los territorios de Corea, así como permitir la toma de Manchuria y la invasión de territorio chino por parte de los japoneses.
La invasión territorial a China comenzó a mostrar síntomas de colonialismo que los ciudadanos con pensamientos insurreccionarios deseaban erradicar de sus territorios.
La pérdida del puerto Hong Kong representó uno de los puntos finales a la tolerancia y debilidades internas de China.
Conflictos internosUno de los principales conflictos que anteceden a la Revolución Comunista resultó ser las Guerras del Opio, en las cuales China se vio claramente humillada frente a los principales imperios y potencias del siglo XIX, como lo fue Inglaterra.
El resentimiento y el deseo de erigirse como una nación de gran fuerza comenzaron a gestarse en las nuevas generaciones de ciudadanos chinos.
Comenzaron rebeliones internas a nivel regional que el poder la Dinastía Qing no pudo controlar, evidenciando así su cada vez mayor debilidad frente a los asuntos internos de la nación que buscaba conducir.
La expansión del comunismo y el pensamiento anti capitalistaLa consolidación de las ideas comunistas en algunos territorios de Europa del Este, como Rusia, comenzó a extenderse hasta los territorios asiáticos, así como el rechazo hacia el sistema occidental que se manifestaba en Estados Unidos y sus principales aliados europeos.
Las ideas tomaron forma y los ciudadanos campesinos y proletarios comenzaron a formarse bajo los lineamientos de un Partido Comunista de China, que recibía todo el apoyo de una recién fundada y aparentemente poderosa Unión Soviética.
Consecuencias de la Revolución ChinaDesplazamiento y formación de una república paralelaEl triunfo comunista obligó a los nacionalistas a huir hacia la isla de Taiwán, territorio que nunca pudo ser retomado por la República Popular, y donde se buscó perpetuar el carácter originario de la República de China, bajo el liderazgo del Partido Nacionalista.
Durante años, las República Popular y la República de China se mantuvieron reconociendo su propia legitimidad.
La primera llegó a ser conocida como la China comunista y la segunda como la China nacionalista.
Sin embargo, los años pasaron y el resto del mundo comenzó a reconocer a la República Popular de China como la legitima nación china, relegando a la República formada en Taiwán a un estado soberano de reconocimiento parcial.
Drásticas medidas y hermetismo económicoUna vez instaurada la República Popular, las medidas económicas no tardaron. Aunque pensadas de manera que brindara nuevas condiciones de vida a la población, estas tardaron años en surtir los efectos deseados, debido a un sistema interno desequilibrado y desigual.
Trabajos han desarrollado que estas decisiones llevaron a la población china a una gran crisis de hambruna y muerte; incluso se estima que las aldeas y rincones más pobres y apartados llegaron a recurrir al canibalismo.
Rechazo y desconocimiento del pasado culturalSe ha afirmado que bajo las ordenes de Mao, gran parte del pasado cultural e intelectual chino para entonces fue desconocido y destruido, ya que según representaba las ideas fascistas que mantuvieron a la sociedad china sufriendo por tanto tiempo.
Décadas después, la revolución cultural brindaría un afianzamiento del pensamiento comunista, cerrándose aún más a los sistemas y percepciones de Occidente.
Creciente tensión con Occidente y los Estados UnidosLa consolidación comunista china y el decidido apoyo soviético en medio de la Guerra Fría no fue visto con buenos ojos por parte de los Estados Unidos de América y sus aliados europeos, quienes durante los años de conflicto civil apoyaron al derrotado bando nacionalista.
Esto generaría una creciente tensión entre los principales bloques políticos y militares del mundo, tensión que se extiende hasta el día de hoy, cuando toda decisión es tomada con cautela frente a los movimientos de cada uno.
Respuesta:
Explicación:
El colonialismo y la pérdida de territorios
La Dinastía Qing, la última al poder, demostró una notable ineficacia cuando se trató del resguardo de los territorios de China.
A esta se le responsabiliza de haber perdido el control sobre Taiwan y los territorios de Corea, así como permitir la toma de Manchuria y la invasión de territorio chino por parte de los japoneses.
La invasión territorial a China comenzó a mostrar síntomas de colonialismo que los ciudadanos con pensamientos insurreccionarios deseaban erradicar de sus territorios.
La pérdida del puerto Hong Kong representó uno de los puntos finales a la tolerancia y debilidades internas de China.
Conflictos internos
Uno de los principales conflictos que anteceden a la Revolución Comunista resultó ser las Guerras del Opio, en las cuales China se vio claramente humillada frente a los principales imperios y potencias del siglo XIX, como lo fue Inglaterra.
El resentimiento y el deseo de erigirse como una nación de gran fuerza comenzaron a gestarse en las nuevas generaciones de ciudadanos chinos.
Comenzaron rebeliones internas a nivel regional que el poder la Dinastía Qing no pudo controlar, evidenciando así su cada vez mayor debilidad frente a los asuntos internos de la nación que buscaba conducir.
La expansión del comunismo y el pensamiento anti capitalista
La consolidación de las ideas comunistas en algunos territorios de Europa del Este, como Rusia, comenzó a extenderse hasta los territorios asiáticos, así como el rechazo hacia el sistema occidental que se manifestaba en Estados Unidos y sus principales aliados europeos.
Las ideas tomaron forma y los ciudadanos campesinos y proletarios comenzaron a formarse bajo los lineamientos de un Partido Comunista de China, que recibía todo el apoyo de una recién fundada y aparentemente poderosa Unión Soviética.
Consecuencias de la Revolución ChinaDesplazamiento y formación de una república paralela
El triunfo comunista obligó a los nacionalistas a huir hacia la isla de Taiwán, territorio que nunca pudo ser retomado por la República Popular, y donde se buscó perpetuar el carácter originario de la República de China, bajo el liderazgo del Partido Nacionalista.
Durante años, las República Popular y la República de China se mantuvieron reconociendo su propia legitimidad.
La primera llegó a ser conocida como la China comunista y la segunda como la China nacionalista.
Sin embargo, los años pasaron y el resto del mundo comenzó a reconocer a la República Popular de China como la legitima nación china, relegando a la República formada en Taiwán a un estado soberano de reconocimiento parcial.
Drásticas medidas y hermetismo económico
Una vez instaurada la República Popular, las medidas económicas no tardaron. Aunque pensadas de manera que brindara nuevas condiciones de vida a la población, estas tardaron años en surtir los efectos deseados, debido a un sistema interno desequilibrado y desigual.
Trabajos han desarrollado que estas decisiones llevaron a la población china a una gran crisis de hambruna y muerte; incluso se estima que las aldeas y rincones más pobres y apartados llegaron a recurrir al canibalismo.
Rechazo y desconocimiento del pasado cultural
Se ha afirmado que bajo las ordenes de Mao, gran parte del pasado cultural e intelectual chino para entonces fue desconocido y destruido, ya que según representaba las ideas fascistas que mantuvieron a la sociedad china sufriendo por tanto tiempo.
Décadas después, la revolución cultural brindaría un afianzamiento del pensamiento comunista, cerrándose aún más a los sistemas y percepciones de Occidente.
Creciente tensión con Occidente y los Estados Unidos
La consolidación comunista china y el decidido apoyo soviético en medio de la Guerra Fría no fue visto con buenos ojos por parte de los Estados Unidos de América y sus aliados europeos, quienes durante los años de conflicto civil apoyaron al derrotado bando nacionalista.
Esto generaría una creciente tensión entre los principales bloques políticos y militares del mundo, tensión que se extiende hasta el día de hoy, cuando toda decisión es tomada con cautela frente a los movimientos de cada uno.