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TULCAN
Desde el 2007, el Gobierno Provincial del Carchi (GPC) y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) trabajan en el análisis de la seguridad ciudadana en la provincia.
El principal objetivo fue conformar un observatorio que se encargue de evaluar los hechos de violencia e inseguridad y hasta el momento, el trabajo se ve reflejado en la publicación de dos boletines informativos con ese análisis.
A la par, la Flacso diagnostica el comportamiento de las fronteras en América Latina, incluida la de Ecuador y Colombia, para encontrar similitudes y buscar soluciones a los problemas sociales.
Fernando Carrión, representante de la Flacso, dijo que se puede evidenciar que las tasas de homicidios en frontera son más altas que el promedio de los países, es decir que se observa un desplazamiento de las grandes ciudades a los bordes de las naciones.
Esto tiene que ver con el crecimiento de la economía fronteriza y que según Carrión tiene relación con las economías ilegales, que a la vez atraen a la población de otros lugares a la zona de frontera.
En el caso de Ecuador y Colombia existen tres comportamientos marcados por las tres regiones. Por ejemplo, en la frontera de Esmeraldas se evidencia el sicariato, lo cual eleva las tasas de homicidios. En Carchi las cifras de asesinatos son menores, pero las economías ilegales como el contrabando de combustibles ocupan el primer lugar.
Parte del diagnóstico es el encontrar soluciones. Para esto es necesaria la instauración de observatorios del delito y de seguridad ciudadana. Carchi ya cuenta con este mecanismo y éste es el punto de partida para tomar decisiones.
Una de las soluciones será adoptar políticas de seguridad ciudadana, más que seguridad nacional. Carrión explicó que la primera es demandada por la población, por lo tanto se asumen los problemas desde la localidad. Mientras que las políticas de seguridad nacional son resueltas por entes gubernamentales.
No hay resultados
Guillermo Herrera, viceprefecto del Carchi y miembro del Observatorio, dijo que las cifras muestran que en algunos casos los índices de violencia e inseguridad se mantienen entre 2008 y 2010. Por lo tanto, Herrera considera que la inversión pública para combatir estos hechos no dan resultados o posiblemente las medidas adoptadas no son las adecuadas, por lo que sugiere que los recursos deben ser mejor canalizados, sin dejar de lado la responsabilidad de los ciudadanos en temas de seguridad.
Herrera hace un llamado a la población para trabajar en equipo, pues dijo que en años pasados los tulcaneños reaccionaban juntos ante la presencia de un delincuente, por lo que considera que falta solidaridad. Además es importante trabajar en prevención y en conjunto con las autoridades de control.
Desde el 2007, el Gobierno Provincial del Carchi (GPC) y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) trabajan en el análisis de la seguridad ciudadana en la provincia.
El principal objetivo fue conformar un observatorio que se encargue de evaluar los hechos de violencia e inseguridad y hasta el momento, el trabajo se ve reflejado en la publicación de dos boletines informativos con ese análisis.
A la par, la Flacso diagnostica el comportamiento de las fronteras en América Latina, incluida la de Ecuador y Colombia, para encontrar similitudes y buscar soluciones a los problemas sociales.
Fernando Carrión, representante de la Flacso, dijo que se puede evidenciar que las tasas de homicidios en frontera son más altas que el promedio de los países, es decir que se observa un desplazamiento de las grandes ciudades a los bordes de las naciones.
Esto tiene que ver con el crecimiento de la economía fronteriza y que según Carrión tiene relación con las economías ilegales, que a la vez atraen a la población de otros lugares a la zona de frontera.
En el caso de Ecuador y Colombia existen tres comportamientos marcados por las tres regiones. Por ejemplo, en la frontera de Esmeraldas se evidencia el sicariato, lo cual eleva las tasas de homicidios. En Carchi las cifras de asesinatos son menores, pero las economías ilegales como el contrabando de combustibles ocupan el primer lugar.
Parte del diagnóstico es el encontrar soluciones. Para esto es necesaria la instauración de observatorios del delito y de seguridad ciudadana. Carchi ya cuenta con este mecanismo y éste es el punto de partida para tomar decisiones.
Una de las soluciones será adoptar políticas de seguridad ciudadana, más que seguridad nacional. Carrión explicó que la primera es demandada por la población, por lo tanto se asumen los problemas desde la localidad. Mientras que las políticas de seguridad nacional son resueltas por entes gubernamentales.
No hay resultados
Guillermo Herrera, viceprefecto del Carchi y miembro del Observatorio, dijo que las cifras muestran que en algunos casos los índices de violencia e inseguridad se mantienen entre 2008 y 2010. Por lo tanto, Herrera considera que la inversión pública para combatir estos hechos no dan resultados o posiblemente las medidas adoptadas no son las adecuadas, por lo que sugiere que los recursos deben ser mejor canalizados, sin dejar de lado la responsabilidad de los ciudadanos en temas de seguridad.
Herrera hace un llamado a la población para trabajar en equipo, pues dijo que en años pasados los tulcaneños reaccionaban juntos ante la presencia de un delincuente, por lo que considera que falta solidaridad. Además es importante trabajar en prevención y en conjunto con las autoridades de control.
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Problemas sociales como el alfabetismo, mala sustentabilidad economica, enfermedades, desinformacion, etc (especificando en el campo-zonas rurales)
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