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Creen los apologistas de la Teoría de la Evolución que con ella todo el "tinglado" de la religión (especialmente de la católica, claro está; siempre da más morbo si la que sale perjudicada es la Santa Madre Iglesia) queda demontado. Un relato como el del Génesis, en el que la creación del mundo y del hombre se cuenta como se cuenta, desacreditaría totalmente la fe en un Dios Todopoderoso que creó a los seres vivos, especialmente al hombre, de forma inmediata. Pero todos estos críticos no caen en la cuenta que la verdad que narra el Génesisen sus dos relatos acerca de la creación del hombre no es histórica, sino teológica. Ya autores tan antiguos como San Agustín reconocían que no había que tomarse al pie de la letra el relato de la creación en seis días (Gn 1, 2, 1-4). Y sin ir más lejos, recordemos lo que decía el Santo Padre Pío XII en su Encíclica Humani Generis (1950):
Por todas estas razones, el Magisterio de la Iglesia no prohíbe el que —según el estado actual de las ciencias y la teología— en las investigaciones y disputas, entre los hombres más competentes de entrambos campos, sea objeto de estudio la doctrina del evolucionismo, en cuanto busca el origen del cuerpo humano en una materia viva preexistente —pero la fe católica manda defender que las almas son creadas inmediatamente por Dios— (Humani Generis, 29).
Como vemos, el Magisterio de la Iglesia Católica acepta completamente la Teoría de la Evolución, en lo concerniente al cuerpo humano, y a todo el mundo material; eso sí, no podrá dar nunca su asentimiento -no podría ser de otra manera- a que la dimensión trascendente del ser humano, es decir, la aparición del alma humana, es resultado de dicha evolución, ya que ésta procede directamente de Dios, como ya dijo Santo Tomás de Aquino.
A su vez, Pío XII deja claro que la doctrina del Pecado Original no permite dudar de la creencia en una primera pareja de hombres -Adán y Eva-, de cuya unión surgieron generación tras generación, toda la humanidad:
Mas, cuando ya se trata de la otra hipótesis, es a saber, la del poligenismo, los hijos de la Iglesia no gozan de la misma libertad, porque los fieles cristianos no pueden abrazar la teoría de que después de Adán hubo en la tierra verdaderos hombres no procedentes del mismo protoparente por natural generación, o bien de que Adán significa el conjunto de muchos primeros padres, pues no se ve claro cómo tal sentencia pueda compaginarse con cuanto las fuentes de la verdad revelada y los documentos del Magisterio de la Iglesia enseñan sobre el pecado original, que procede de un pecado en verdad cometido por un solo Adán individual y moralmente, y que, transmitido a todos los hombres por la generación, es inherente a cada uno de ellos como suyo propio (Humani Generis, 30).
¿Pero cuál era la verdad teológica que el autor sagrado recibió por inspiración del Espíritu Santo y que dejó escrita en el Génesis? Lo primero que hay que recalcar es que el Génesis contiene dos relatos acerca de la creación del hombre. espero que te sirva me tarde mucho escribiendo esto