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El más significativo elemento que permitió comprender el efecto de "ruptura" de los primeros largometrajes del nuevo movimiento, es que en ellos se reflejó con total transparencia la Italia triste, en blanco y negro y hambrienta de la posguerra, la resistencia y los caídos en la contienda. Sin embargo, esta temática no supuso, ni mucho menos, una novedad en la historia del cine. La verdadera grandiosidad de este movimiento se refirió específicamente a su estilo. En esta tesitura, algunos cineastas decidieron buscar la objetividad en sus historias y, en muchos casos a modo de documental, mostrar la realidad más auténtica. El cine italiano se propuso narrar la crónica de la cotidianeidad de la Italia de posguerra. Adquirió así, un compromiso social, dando testimonio de la realidad al mostrar lo que, hasta ese momento, se había ocultado. Se convirtió en una denuncia social contra la crueldad, el paro, las condiciones infrahumanas, la situación de la mujer y de los más pequeños. Desapareció la obligatoriedad del final feliz, propio de la industria americana. Se buscaba hacer pensar al espectador y hacerle consciente del entorno en el que vivían. Se forjó de este modo una relación nueva entre el público y el artista, el director era consciente de que podía ayudar a su país y de que el cine podía cambiar las cosas.
La técnicaEstas producciones, en cuanto a la puesta en escena y realización, estaban marcadas por la precariedad de recursos técnicos. Se propuso como un cine más austero, lo que no quiere decir lo mismo que pobre. La austeridad surgía tanto de las condiciones en que había que trabajar como de un propósito voluntario de mostrar las cosas como son. No se utilizaban los estudios de grabación sino que se recurrió fundamentalmente a escenarios naturales sin ningún tipo de ambientación artificial, sin decorados, o mejor dicho, en un decorado auténtico, como las calles, casas, espacios públicos, etc. Se redujo la iluminación al mínimo, el estilo fotográfico era bastante rudo. Pocas veces se trabajaba con equipos de sonido, no se recogía sonido directo, sino que se realizaban los doblajes, lo que permitía mayor movilidad de la cámara. Se empezaron a ver movimientos de cámara en mano. Se buscaba reducir al mínimo la fragmentación de las tomas, recurriendo así a tomas de mayor duración, con el fin de mostrar una realidad más verosímil, es decir, las acciones sin corte, respetando las normas de continuidad.
Nuevos actoresNo se utilizaban actores reconocidos, sino que en muchos casos, eran los auténticos protagonistas, los personajes reales y relataban sus propias experiencias. No había cabida en este cine para las estrellas, sino que las personas narraban sus vivencias, y se interpretaban a sí mismos. Protagonizaron estas obras las clases populares, los grupos marginales de la sociedad que rara vez habían ocupado un lugar tan preeminente en cine. Aparecieron además, dos nuevos tipos de personaje: la mujer y el niño.
El sentimiento sobre la imagenLos directores otorgaban mayor importancia a los sentimientos que a la composición icónica, pero sin despreciar ésta. De igual manera, el guion tenía gran relevancia ya que se lo consideraba foco fundamental de expresión, por lo que el peso de los diálogos era elemento vital. Se solía utilizar el dialecto (Italia posee muchos) como forma de lenguaje más esencial y auténtico.
El recurso de la improvisaciónEste era un recurso indispensable, ya que para describir la realidad había que entender su naturaleza dinámica. Por ello, no había rigidez, todo era flexible y cambiante.
La posición moralEs el alma mater que mejor definió este movimiento. Todas las cintas expresaban una fulgurante necesidad de sinceridad, de descripción cruda de la realidad; Y siempre con un fin didáctico a nivel moral. Muchos de los directores neorrealistas eran cercanos al Partido Comunista Italiano, que tantos fieles arrastró durante décadas en Italia. El cine neorrealista tenía una serie de principios morales (entre los que destaca la importancia del hombre) que seguían una línea de origen cristiano.1
El sentido de protestaSu objetivo era impulsar el séptimo arte no como una forma de entretenimiento, sino como método de crítica, como instrumento político.