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GUIA DE ESTUDIO # 01 ASIGNATURA: ÉTICA Y VALORES. GRADO: 8°
Eje temático: La familia, lo sentimientos y los Conflictos.
LA FAMILIA.
La familia es la primera comunidad en donde los menores de edad aprenden a descubrir,
comprender y educar sus sentimientos y emociones. Un niño aceptado y querido por sus padres,
hermanos, abuelos, tíos y otros miembros de la familia, aprenderá también a aceptar a los demás
y a expresar sus sentimientos positivos, sus afectos, así como sus emociones negativas; a
demostrar lo que siente, con discreción y respeto, sin herir o irrespetar el pensamiento de los
demás.
No obstante, a medida que los niños crecen se les va enseñando a ocultar determinadas
emociones, en algunos casos de acuerdo con su condición de varones o niñas. En la adolescencia y
la juventud, y aun en la madurez, las mujeres expresan su frustración a través del llanto y son ellas,
también, más afectuosas, dulces y amorosas. En cambio, los varones son más dados a demostrar
sus emociones en términos de rabia, fuerza, maltrato. Por eso, sentimientos como la pena, el
dolor, el afecto, no son una generalidad en muchos varones, quienes los ocultan, pues han sido
educados para ser racionales, prácticos y competitivos.
Desde esta perspectiva, en algunos casos el amor pasa a ser un sentimiento propio del dominio de
lo femenino, y los hombres no siempre cuentan con modelos afectivos y expresivos de cariño. Aun
cuando lo sientan, no lo expresan con facilidad. Por esto se dice que los hombres son más fríos y
duros, mientras las mujeres son más emotivas y sentimentales. Las familias de hoy, muchas de
ellas monoparentales, es decir, familias donde los niños crecen con el padre o con la madre, han
tenido cambios sustanciales, pues el cuidado y la educación de los hijos dejó ser labor
exclusivamente de las madres. Los padres se han convertido en referentes en el manejo de los
sentimientos y las emociones para los jóvenes, sobre todo los relacionados con el amor y el afecto.
Adicionalmente, tanto en la familia como en las instituciones educativas, se enseña a los jóvenes
que deben hacer saber a los demás lo que piensan y sienten, pero sin causar daño.
LOS SENTIMIENTOS.
Los sentimientos son naturales. Están ahí, dentro de cada cual. Son experiencias personales. Es
normal, útil y aceptable sentir una emoción, cualquiera que sea: agradable o desagradable. Todos
los sentimientos y emociones son válidos, y son las conductas de las personas frente a ellos las que
pueden ser consideradas como aceptables o no.
Educar los sentimientos mejora las relaciones interpersonales Las personas se preguntan qué es lo
que determina que algunos individuos independientemente de su cultura, estrato social o historia
personal, reaccionen frente a problemas o desafíos de manera inteligente, creativa y conciliadora.
También por qué algunas personas tienen más desarrollada que otras, una habilidad especial que
les permite relacionarse bien con otros, aunque no sean las que más se destacan por su
inteligencia. ¿Por qué unos son más capaces que otros para enfrentar dificultades o superar
obstáculos, y ver los problemas de la vida de un modo tan distinto? La respuesta a estos
interrogantes está en la habilidad que estas personas han desarrollado para conocer y manejar sus
propios sentimientos, capacidad para analizar y enfrentar los sentimientos de los demás, sentirse
satisfechos con sus logros, sin dejar de tener aspiraciones nuevas y ser eficaces y productivos en la
vida. En síntesis, esto es lo que los estudiosos han llamado la inteligencia emocional.
Otras habilidades que caracterizan la inteligencia emocional son la suficiente motivación y
persistencia en los proyectos, resistencia a las frustraciones, el control de los impulsos y la
regulación del humor. Los seres humanos están dotados de inteligencia racional e inteligencia
emocional; la primera tiene una fuerte carga genética, es decir, está más influenciada por la
herencia y por tanto es menos modificable. En cambio, la inteligencia emocional estaría más
influenciada por el ambiente familiar y social en el que crecen las personas y por tanto es
susceptible de ser modificada, tanto por nuestra propia voluntad como por agentes externos. El
primer paso para educar los sentimientos consiste en reconocerlos, para controlarlos, manejarlos
y solucionar la situación que los provoca. El sentimiento no tiene por qué ser una expresión de
cursilería, blandengue y azucarada; se trata de una poderosa realidad humana que es preciso
educar, pues son los sentimientos los que con más fuerza impulsan a los jóvenes a actuar.
Explicación: