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obremanera exiguo suele ser el conocimiento que tenemos los occidentales de la literatura china. El idioma opone una barrera difícil de superar, pero aún para aquellos que han logrado saltarla sigue constituyendo un obstáculo la vastísima producción con que tienen que enfrentarse .
Es un país en el que el prestigio de las letras siempre ha sobrepasado las armas , simbólico es el hecho de que los primeros héroes que aparecen en su historia no son conquistadores, sino educadores y sabios.
El literato chino tradicional se reviste de una eminente dignidad ; esto le confiere cierto solemne y aristocrático aire, patente en casi toda la literatura de aquel pueblo, que no se caracteriza precisamente por su originalidad, pues los pensadores repiten incansablemente las mismas formulas hechas y los poetas cincelan versos perfectos sobre un limitado número de temas, tenían por ideal el virtuosismo y no pretendían decir nada nuevo.
La lengua literaria china se diferencia bastante en concisión y riqueza de vocabulario de la lengua en ella empleada. Por otra parte la literatura china se caracteriza por la escasa variedad de sus asuntos, por el número reducido de temas. La lengua china es monosilábica y los sonidos homófonas se difieren por la aspiración y el sistema de los tonos.
El influjo general que la cultura China ejerce en el Extremo Oriente y de la que no se salva, la literatura japonesa ofrece algunos caracteres autóctonos. De ideología menos profunda que la china se ve realzada por un ingenioso artificio cierta peculiar delicadeza y un apasionado sentido ético, en que el valor fundamental es la libertad del caballero no sólo al emperador sino a sus señores naturales.
Así, los típicos del país del Sol Naciente reflejan bien los matices de su literatura: las Gráciles Geighas entre cantantes y bailarines de delicada gracia, los abnegados samurais etc.
Modernamente la literatura japonesa como su ciencia sufre el influjo occidental y una plena crisis de transformación produce un gran número de poetas, novelistas, ensayistas etc.
La poesía su periodo clásico siglo IX-XII.
La lírica es elegante, ingeniosa como la china pero de más acusado sentimentalismo ( por el predominio de la mujer en el campo literario).
El teatro adquiere un tono popular en el periodo de Yedo siglo XVII y mediados del XIX. Es un teatro de títeres abastecidos por los autores Tchikamtsu Mozayemon, el Shakeaspeare japoneses que lego sus generosas obras.
Prosa del periodo clásico culmina en la obra intitulada Ghenzi Monogatari novela realista escrita hacia el año 1.000 por Musakari Sikibu. Compite a su lado la obra Makura No Suci escrita por la dama SEI SONAGON.