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Santidad
Para hablar de santidad el Papa parte de la vocación que es - dice - “un camino que dura toda la vida”; “tiempo de la juventud en cuanto a la orientación y la dirección que hay que tomar en respuesta a la invitación de Dios”. Francisco afirma asimismo que “la vida se hace fructificar en la caridad y esto concierne a la ‘llamada a la santidad’ que el Señor hace a todos, cada uno a su manera”.
“ La vida de uno está ligada a la vida del otro y es necesario que cuidemos de esta santidad común del pueblo ”
Comunión
De la comunión de la Iglesia surgirán nuevas vocaciones - dice también el Santo Padre. Con un ministerio pastoral que "sólo puede ser sinodal", es decir, “capaz de dar forma a un ‘caminar juntos’”, viviendo "más la filiación y la fraternidad", fomentando "la estima mutua", valorando "la riqueza de cada uno". Y constata que a menudo “en nuestras comunidades, en nuestras familias, en nuestros sacerdotes, hemos pensado y trabajado con la lógica mundana, que nos ha dividido y separado. Esto también pertenece a algunos rasgos de la cultura actual y la dolorosa historia política de Europa es una advertencia y un estímulo. Sólo reconociéndonos verdaderamente como comunidades abiertas, vivas e inclusivas seremos capaces del futuro”.
Vocación apasionada
Pero es la palabra "vocación" a la que el Papa dedica la mayor parte de su discurso: “una palabra que no ha caído en desuso”, que fue retomada con énfasis en el último Sínodo, cuyo “destino sigue siendo el pueblo de Dios, la predicación y la catequesis, y sobre todo el encuentro personal, que es el primer momento del anuncio del Evangelio”. “Eliminar la palabra ‘vocación’ del vocabulario de la fe”, en las propuestas a los jóvenes, “es mutilar el léxico corriendo el riesgo, tarde o temprano, de no entenderse más entre sí". En cambio, asegura el Papa, “necesitamos hombres y mujeres, laicos y consagrados apasionados”.
La vocación es un sueño del “nosotros”
La vocación no es sólo ‘mía’ recuerda Francisco, es un sueño del nosotros, es siempre para y con los otros. “El Señor nunca llama sólo como individuos, sino siempre dentro de una fraternidad a compartir su proyecto de amor, que es plural desde el principio porque Él mismo es Trinidad misericordiosa”. De esta manera, “ofrece una mirada misionera compartida”, y “renueva la conciencia de que en la Iglesia nada se logra por sí solo; que estamos en una larga historia orientada hacia un futuro que es la participación de todos”.
“ La pastoral vocacional no puede ser tarea de unos pocos líderes, sino de la comunidad ”
Arraigarse en Cristo
Ante un contexto en el que la vida está fragmentada y, a veces, herida, incluso dentro de la Iglesia, para Francisco acompañar y formar la vocación es dejar que Cristo actúe de manera artesanal. "Arraigarse en Cristo es el camino maestro para permitir que su obra nos recomponga. Así que, ¡Ánimo! ¡Cristo nos quiere vivos!
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