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El proceso dominación y sumisión es una práctica muy común en el contexto de las prácticas sexuales entre una pareja, siempre y cuando haya consentimiento y entendimiento de ambas partes donde una exhibe el rol de dominador, y la otra parte de dominado o sumiso.
Sin embargo, lejos del contexto de la práctica sexual, existen situaciones alarmantes en donde este proceso de dominación / sumisión termina por causar consecuencias negativas, psicológicas y/o físicas, en un individuo.
En los ambientes escolares podemos ver lo que se denomina acoso escolar, en los que individuos fuertes (dominantes) someten, por así decirlo, a otros más débiles (victimas de sometimiento), de tal manera que estos últimos viven en un clima de miedo y angustia que vulnera su propio bienestar y coharta su libertad de acción, que en algunos casos afecta rendimiento escolar y en otros casos toda la vida del individuo victima de sometimiento.
En las relaciones de pareja, cuando lo normal es que ambos miembros mantengan una relación sana y equilibrada, uno de ellos asume de forma anormal una conducta dominadora que es aceptada por la otra parte, no consentida, sino más bien inducida por el temor que el dominador le produce: temor al abandono, a perder apoyo económico, temor al daño físico, entre otros. En ocasiones, la dominación - sumisión en una pareja puede llegar hasta la violencia doméstica.
Ambas situaciones, el acoso escolar y la dominación de la pareja, constituyen una violación de los derechos a la libertad, bienestar y estabilidad que posee cada individuo, y es necesario detectarlos a tiempo y aplicar los correctivos y orientaciones necesarias, pues ya se ha comentado que la posición de víctima/sometido implica serios daños psicológicos, emocionales y hasta físicos de las personas que los padecen.
Las relaciones de dominio y sumisión son muy comunes en el contexto social, podemos mencionar algunos ejemplos:
1. Entorno familiar: por convención social, al hombre se le ha otorgado el papel de jefe, en consecuencia, sobre él recaen las principales decisiones y además es quien debe asumir el dominio de la familia. En este caso, se identifica a la mujer y a los hijos como actores sumisos o seguidores.
2. Entorno laboral: en este contexto la relación de dominio y sumisión es más predominante, ya que la mayoría de las organizaciones trabajan bajo un esquema jerárquico, en el cual cada empleado tiene su jefe inmediato y este a su vez, es dirigido por una autoridad superior.
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