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Con información y educación.
Formar a esa persona en las disciplinas del arte del buen comer, salud, economía y libre albedrío y derechos como consumidor.
El arte del buen comer y beber se encuentra en el plato del buen comer y hay mas bibliografía sobre el beber.
Enseñarle a leer la tabla nutricional y a utilizarla con las etiquetas que tiene cada producto en su consumo .
Ejemplificar los daños potenciales de salud y economía que existen por consumir cada producto publicitado.
Enseñarle a balancear su cuenta de ingresos y egresos. En lo posible, enseñarle a utilizar una tarjeta de crédito y que significado tiene ese crédito en sus pasivos y que los intereses pueden representar en pagar el doble o Triple el valor real del producto.
Enseñarle a conocer que al adquirir un producto de marca, debe incluir un periodo de garantía y como hacer un registro de compras y fechas de vigencia de la garantía. Y como hacer valida la garantía y con quien, enseñarle los procedimientos de queja ante la Procuraduría Federal del consumidor.
Enseñarle cuantos tipos de Seguros existen y si vale la pena adquirir un producto alto en precio sin asegurarlo en caso de daño, robo, etc. Esto tambien aplica al adquirir una tarjeta de crédito o débito.
Enseñarle que la moda tiene un alto costo y que siempre es mejor comprar un artículo acorde al uso programado y no un barato que no cumpla con las expectativas o necesidades o uno excedido en funciones que va a ser subutilizado.
Lo mas importante es, enseñar a la persona a vivir con lo necesario, tener confianza y amor propio para no dejarse llevar por los modelos o sketches gancho cuando un pantalón de mezclilla de buena calidad es comparado en la tienda de una fabrica nacional, por otro de marca extranjera con las mismas características que fue importado para su venta , pero fue elaborado por niños, mujeres y ancianos esclavizados por maquiladoras de Calvin Klein o Carolina Herrera en México y América latina sin pagar los impuestos que paga el fabricante mexicano
y el consumidor paga miles de pesos por la marca cuando en realidad no cuesta siquiera el del industrial o emprendedor nacional.
Parece difícil estudiar todas esas disciplinas y eso lo aprovechan los publicistas.
Formar a esa persona en las disciplinas del arte del buen comer, salud, economía y libre albedrío y derechos como consumidor.
El arte del buen comer y beber se encuentra en el plato del buen comer y hay mas bibliografía sobre el beber.
Enseñarle a leer la tabla nutricional y a utilizarla con las etiquetas que tiene cada producto en su consumo .
Ejemplificar los daños potenciales de salud y economía que existen por consumir cada producto publicitado.
Enseñarle a balancear su cuenta de ingresos y egresos. En lo posible, enseñarle a utilizar una tarjeta de crédito y que significado tiene ese crédito en sus pasivos y que los intereses pueden representar en pagar el doble o Triple el valor real del producto.
Enseñarle a conocer que al adquirir un producto de marca, debe incluir un periodo de garantía y como hacer un registro de compras y fechas de vigencia de la garantía. Y como hacer valida la garantía y con quien, enseñarle los procedimientos de queja ante la Procuraduría Federal del consumidor.
Enseñarle cuantos tipos de Seguros existen y si vale la pena adquirir un producto alto en precio sin asegurarlo en caso de daño, robo, etc. Esto tambien aplica al adquirir una tarjeta de crédito o débito.
Enseñarle que la moda tiene un alto costo y que siempre es mejor comprar un artículo acorde al uso programado y no un barato que no cumpla con las expectativas o necesidades o uno excedido en funciones que va a ser subutilizado.
Lo mas importante es, enseñar a la persona a vivir con lo necesario, tener confianza y amor propio para no dejarse llevar por los modelos o sketches gancho cuando un pantalón de mezclilla de buena calidad es comparado en la tienda de una fabrica nacional, por otro de marca extranjera con las mismas características que fue importado para su venta , pero fue elaborado por niños, mujeres y ancianos esclavizados por maquiladoras de Calvin Klein o Carolina Herrera en México y América latina sin pagar los impuestos que paga el fabricante mexicano
y el consumidor paga miles de pesos por la marca cuando en realidad no cuesta siquiera el del industrial o emprendedor nacional.
Parece difícil estudiar todas esas disciplinas y eso lo aprovechan los publicistas.
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