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Las soluciones a los problemas de hoy, como en el tiempo de Juárez, están en el Estado de Derecho, ciertamente dinámico en su contenido pero invariable en cuanto principio para la convivencia colectiva. Unico orador en el CXCIV aniversario del natalicio del Benemérito de las Américas, en el patrio central del Palacio Nacional, luego de que el presidente Zedillo, los representantes de los Poderes Legislativo y Judicial, así como el Gabinete ampliado montaron una Guardia ante la estatua de Juárez, el Procurador sentenció:
En principio, la Ley debe ser aceptada, reconocida y cumplida porque es un mandato imperativo que expresa la voluntad general y porque hace posible vivir en sociedad, destacó el Abogado de la Nación. En una democracia como la nuestra, sustentada en la libertad y en la pluralidad, no es políticamente legítimo ni moralmente aceptable, acatar unas leyes si y otras no, si todas han sido igualmente aprobadas, consideró.
El verdadero espíritu democrático es el que siempre cumple con toda las leyes, con las que gustan y las que disgustan, con las que se apoyan y con las que se cuestionan. El desacuerdo con la ley, en todo caso, debe expresarse en la intención de su enmienda democrática y no en su desobediencia o violación, expuso el procurador Madrazo.
El Procurador General de la República subrayó que en el respeto a la Ley, a toda Ley se encuentra el origen del respeto a la democracia, a la representación popular y a la voluntad ciudadana.
Advirtió que hoy la delincuencia amenaza la seguridad pública y, algunas de sus manifestaciones organizadas, la propia seguridad nacional. Los delincuentes son los primeros en desconocer la Ley, olvidar sus mandatos, rechazar su imperatividad, y así dañar a sus semejantes, al Estado mismo y a la convivencia democrática.
Propuso promulgar la ley de suspensión de pagos de 1861 de México