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Cuenta la leyenda todos los 24 de diciembre, las personas de todo el mundo se preparaban para la llegada de la Virgen. Ellos adornaban sus chimeneas dejando dulces o comida por si la Virgen tenia hambre. Cuando la Virgen llegaba, ella se sentaba en la Chimenea para estar en un lugar donde el Niño Jesús no tuviera frío, luego, cambiaba sus pañales mientras los ángeles la esperaban pacientemente. Cuando la Virgen tenia hambre, ella cogía la comida que les dejaban los habitantes de dicha casita.
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