Respuestas
En el río era donde sobresaliente estaba. Ni los suspiros de la tía Josefina que caminaba siempre de un lado para otro lamentarse del reuma, ni los chillidos consumidos de su madrina José María que no formaba más que darle con el látigo siempre que hacía alguna imprudencia, ni los encargos a casa del compadre, ni el tirapié del Juez, ni el rosario, ni nada.
Una forma era estar al pié del zapatero con el Cristo entre las manos la de la horquilla era la de los palos, y otra cosa era vivir a la esquina del río, con su corcho, esperando a la tórtola.
Pero él tenía comprado el maíz. El zapatero se permanecería esperándolo. La vuelta era lo infernal. Ya él estar al tanto por muy bien los rebencazos del tirapié. Punzaban primero un poco; posteriormente le iba durando como una variedad de picazón en todo el organismo; se vaciaban los llantos antes de los gemidos y el sufrimiento se dormitaba y al día consecutivo se repetía la cosa.
Respuesta:
Explicación: qué en qué enseñanza hay en el cuento a la orilla de las estatuas maduras y que no y que nos puede servir en estos tiempos