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1
La primera ilustración de una serie siempre suele ser la más decisiva...
En ella se deciden colores, texturas y estilos que afectarán a toda la estética general de las siguientes para crear un conjunto de ilustraciones coherentes entre sí.
En esta ilustración la hormiga Mel intenta compartir y resolver las dudas existenciales de pequeña pre-adolescente hormiga Xeix.
A continuación podéis ver parte del proceso creativo:
Esta fue la ilustración elegida.
Antes de empezar a pintar empecé a barajar qué color de piel sería el más adecuado para una hormiga de un cuento infantil...tras varias opciones creí conveniente modelar con plastelina un boceto para comprender mejor pictóricamente el volúmen, las luces y las sombras.
En otras ocasiones había combinado en la misma ilustración técnicas como el collage, la acuarela y el acrílico, pero esta vez he decidido utilizar exclusivamente pintura acrílica.
Siempre que empiezo a pintar una ilustración suelo aplicar una primera base, normalmente de un color complementario al definitivo, con la que se hace un primer estudio de sombras y luces y que ayuda, además, a que la siguiente capa de pintura coja más cuerpo.
Primer tanteamiento de tonalidades y texturas.
Presentación definitiva de los personajes.
En un principio el fondo que acompañaba a los personajes era de un tono demasiado vivo y creí más conveniente modificarlo con colores más apagados para que las hormigas resaltasen más.
Detalle de la ilustración final de la hormiga Mel.
Así quedó, finalmente, la hormiga Xeix, protagonista del cuento.
Y ...¡ aquí tenemos el resultado de tanto trabajo!
En ella se deciden colores, texturas y estilos que afectarán a toda la estética general de las siguientes para crear un conjunto de ilustraciones coherentes entre sí.
En esta ilustración la hormiga Mel intenta compartir y resolver las dudas existenciales de pequeña pre-adolescente hormiga Xeix.
A continuación podéis ver parte del proceso creativo:
Esta fue la ilustración elegida.
Antes de empezar a pintar empecé a barajar qué color de piel sería el más adecuado para una hormiga de un cuento infantil...tras varias opciones creí conveniente modelar con plastelina un boceto para comprender mejor pictóricamente el volúmen, las luces y las sombras.
En otras ocasiones había combinado en la misma ilustración técnicas como el collage, la acuarela y el acrílico, pero esta vez he decidido utilizar exclusivamente pintura acrílica.
Siempre que empiezo a pintar una ilustración suelo aplicar una primera base, normalmente de un color complementario al definitivo, con la que se hace un primer estudio de sombras y luces y que ayuda, además, a que la siguiente capa de pintura coja más cuerpo.
Primer tanteamiento de tonalidades y texturas.
Presentación definitiva de los personajes.
En un principio el fondo que acompañaba a los personajes era de un tono demasiado vivo y creí más conveniente modificarlo con colores más apagados para que las hormigas resaltasen más.
Detalle de la ilustración final de la hormiga Mel.
Así quedó, finalmente, la hormiga Xeix, protagonista del cuento.
Y ...¡ aquí tenemos el resultado de tanto trabajo!
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