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Fabián Núñez Baquero ha producido joyas literarias en la narración, el ensayo y la poesía, y lo sigue produciendo. Ha sido promotor cultural toda su vida y trabajó sólo por cinco años consecutivos en el Departamento de Difusión Cultural del Banco Central del Ecuador de donde fue despedido, junto a otros trabajadores de la cultura, en el gobierno de Rodrigo Borja.
Escritor disciplinado e inclaudicable con su ideología socialista, al igual que en su tiempo lo fue el imbabureño Agustín Cueva Dávila. Intelectual que ha disertado sobre Emerson, Schopenhauer y Jorge Luis Borges, a inicios de la década el 60, del siglo anterior. Nos dice: “por ser estudioso no he tenido tiempo para ser estudiante”.
De parte de sus abuelos: maternos y paternos, tuvo una gran ascendencia musical y su misma madre tocaba la guitarra y cantaba. Su abuelo Antonio Núñez era Director de Banda y organista de la Iglesia y César Humberto Baquero, su tío, famoso compositor popular. Núñez, ejerció el cargo de Jefe de Relaciones Públicas del Conservatorio Nacional de Música “Salvador Bustamante Celi”, de Loja, la capital de la música en el Ecuador, por breve tiempo. Como periodista, ha colaborado en diarios importantes como: El Expreso de Guayaquil, El Comercio de Quito, El Heraldo y El Avance, de la ciudad de Ambato. Fue miembro del Consejo de Redacción de Prensa Obrera y Poder Obrero del Ecuador.
Apasionado por la filosofía, la política y el arte. Tuvimos la suerte de conocerle, tomando un café, en el “Palacio del Poeta”, de Quito, junto a su mejor amigo: Guillermo Albuja Bravo. Fascina, a quien le escucha, en su propia conversación.
Ha escrito pocas obras, pero, todas de calidad. Se opina algo curioso: “que a diferencia de otros escritores, cuyas primeras obras son olvidadas, por su falta de calidad” él, en cambio, sigue vigente.
Autor de libros: “La uña de la gran bestia”, un poemario sobre la crisis del capitalismo. “Voces errantes”, cuyos poemas los sigue declamando y entusiasman a la juventud. “Sólo de amor me rindo”, obra que es necesario releerla y repensarla.