Respuestas
Existen muchas especies que no se ven afectadas por la sobreexplotación, ya que permanecen abundantes aún cuando las tasas de extracción son relativamente altas. Pero hay otras que pueden ser llevadas a la extinción con la mínima extracción.[4] Ciertas características de las especies determinan su vulnerabilidad a la sobreexplotación, incluyendo la tasa de crecimiento per cápita, la tasa de difusión espacial de individuos pertenecientes a poblaciones menos explotadas y la dirección y el grado con la que la tasa de crecimiento poblacional responde a la explotación.[5]
A continuación se abordan los antecedentes históricos de la sobreexplotación que permiten determinar la influencia humana sobre la disminución poblacional y la extinción de especies. Por otro lado se desarrollarán los tipos de sobreexplotación más comunes y los efectos que producen estas extracciones sobre los ecosistemas.
Respuesta:
Los seres humanos alteran la composición de las comunidades biológicas a través de una variedad de actividades que aumentan las tasas de invasión y extinción de especies, desde escalas locales a globales. Estos cambios en la biodiversidad de la Tierra causan preocupación por razones éticas y estéticas, y además tienen un gran potencial para alterar las propiedades de los ecosistemas y los bienes y servicios que éstos prestan a la humanidad. La sobreexplotación es una de estas actividades humanas, que ocurre cuando se extraen individuos de una población o se utilizan los ecosistemas a una tasa mayor a la de la regeneración natural. La regeneración puede darse solamente por eventos reproductivos en poblaciones cerradas o a través de la reproducción y la llegada de individuos de otras poblaciones, lo que influye directamente sobre la dinámica poblacional, ya que la introducción de nuevos genotipos aumenta la resistencia y la velocidad de recuperación de las poblaciones luego de perturbaciones.[1] La sobreexplotación es un factor significativo en la disminución poblacional y extinción de especies y frecuentemente opera en sinergia con otros disturbios tales como la pérdida ofragmentación de hábitat .[2][3] Sin embargo, mientras que las disminuciones poblacionales debidas a la pérdida, degradación o fragmentación de hábitat son atendidas por biólogos conservacionistas y organismos gubernamentales, los paisajes “vacíos” o “semi-vacíos” son menos tenidos en cuenta.
Existen muchas especies que no se ven afectadas por la sobreexplotación, ya que permanecen abundantes aún cuando las tasas de extracción son relativamente altas. Pero hay otras que pueden ser llevadas a la extinción con la mínima extracción.[4] Ciertas características de las especies determinan su vulnerabilidad a la sobreexplotación, incluyendo la tasa de crecimiento per cápita, la tasa de difusión espacial de individuos pertenecientes a poblaciones menos explotadas y la dirección y el grado con la que la tasa de crecimiento poblacional responde a la explotación.[5]
A continuación se abordan los antecedentes históricos de la sobreexplotación que permiten determinar la influencia humana sobre la disminución poblacional y la extinción de especies. Por otro lado se desarrollarán los tipos de sobreexplotación más comunes y los efectos que producen estas extracciones sobre los ecosistemas.