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Respuesta:
Alicia sigue al Conejo Blanco
En un soleado día de verano, Alicia, sentada junto a su hermana bajo un árbol a la vera del arroyo, se aburre. De pronto, ante sus ojos pasa corriendo un conejo blanco con ojos rojos. Nervioso, el pequeño animal extrae un reloj del bolsillo de su chaleco y murmura que ahora sí llegará tarde. Sorprendida, Alicia se pone de pie, porque nunca antes vio un conejo con chaleco, además, con un reloj. Corre detrás del animal hasta que desaparece en un agujero en la tierra.
“La cueva se extendía como un túnel, pero de pronto viraba hacia abajo, de un modo tan imprevisto que Alicia no siquiera tuvo tiempo para pensar en sostenerse de algo que ya estaba cayendo en lo que parecía ser un pozo muy, muy profundo.”
Urgida por la curiosidad, la niña entra en la cueva y cae a un profundo pozo. Alicia tiene la sensación de que la caída dura una eternidad y cree que lo más probable es que llegue hasta el otro lado de la Tierra, donde –según cree–las personas caminan con sus cabezas hacia abajo. Finalmente, cae en una habitación cuyas paredes tienen muchas puertas pequeñas. En una mesa de vidrio encuentra una llave de oro. La llave abre una de las puertas que lleva a un túnel, al final del cual, Alicia divisa un maravilloso jardín. El problema es que Alicia es demasiado grande como para entrar al jardín por la puerta.
El mar de lágrimas
La niña descubre entonces una botellita con la inscripción “Bébeme”; después de un momento de desconfianza, bebe hasta la última gota y se encoge hasta medir solo 20 centímetros. Ahora, Alicia es demasiado pequeña como para tomar la llave que sigue sobre la mesa. Esto la frustra y comienza a llorar. De pronto, mira a su alrededor y encuentra un pastel con la inscripción “Cómeme”. No lo duda y le da una mordida. Al principio no sucede nada, pero poco después empieza a estirarse como un telescopio. Finalmente alcanza una altura de tres metros y ha vuelto a ser demasiado alta como para ingresar al jardín. Alicia está muy decepcionada y llora tanto que pronto se forma un mar de lágrimas a su alrededor. Tiene la sensación de ya no saber quién es.
“Pero si ya no soy la misma, la siguiente pregunta es: ¿Quién soy entonces?”
De repente, el conejo reaparece, pero cuando Alicia le habla, se asusta y se aleja asustado. Tras de sí solo quedan un par de guantes blancos. Alicia se pregunta en qué se ha convertido. Para saber si sigue siendo ella misma, canta algunas canciones para niños, convencida de conocer sus letras de memoria, pero descubre que ya no las recuerda por completo.
Secándose en tierra firme
Alicia logra ponerse uno de los guantes del conejo. Evidentemente, ha vuelto a empequeñecer. Rápidamente busca aprovechar la suerte del momento y acercarse a la entrada al jardín, pero está en el medio del mar de sus propias lágrimas. Empieza a nadar. Cuando mira a su alrededor, nota que muchos animales han caído al agua y que nadan detrás de ella. Cuando Alicia y los animales llegan a tierra firme, los animales se preguntan cómo harán para secarse. El ratón cree tener la solución: solo un cuento narrado por él hará que los animales se sequen, pero su historia resulta demasiado complicada. Los animales se aburren, y pronto también tienen frío. Un pájaro enorme, el dodo, propone una extraña competencia: cada uno correrá en la dirección que más le plazca. Después de que todos han corrido en una dirección diferente y se han secado, se preguntan quién ha ganado. Finalmente resuelven que todos han ganado. Todos deben recibir un reconocimiento y los animales exigen a Alicia que entregue los premios. Por suerte, la niña encuentra caramelos en sus bolsillos y tiene suficientes como para que cada animal reciba uno.
Explicación:
coroname pliss por favor.