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Posterior a la muerte de Alejandro Magno (323 a.C), los territorios conquistados por él quedan bajo la influencia griega, en el orden político, social y cultural, que se extendió desde Egipto hasta Persia. Es así como nace el Helenismo, que tras la muerte del emperador incluye el conjunto de doctrinas y manifestaciones esparcidas durante los años de la conquista.
En el orden socio-cultural que caracterizó al Helenismo, los aportes de filósofos griegos como Aristóteles y Platón dieron lugar a tres corrientes filosóficas predominantes en este periodo: El Epicureísmo, El Estoicismo Y El Neoplatonicismo .
El Epicureísmo, corriente filosófica que debe su nombre a Epicuro de Samos, sostenía que la felicidad se alcanzaba con la satisfacción de los placeres, y la ausencia de dolor. Pretendía lograr un equilibrio correcto entre la satisfacción corporal y mental, para así lograr un estado de completa serenidad, al que denominaron ataraxia; el dolor y sufrimiento eran debidos a la imposibilidad de alcanzar la correcta satisfacción del placer.
El Estoicismo, fundado por Zenón de Citio consistió en utilizar los principios de justicia, virtud y razón, para alcanzar la paz espiritual, libertad y serenidad, dejando en segundo plano la riqueza material. Los estoicos buscaban evitar las pasiones y el desenfreno, sentimientos antagónicos a la razón y la virtud, una enfermedad propia de la esencia humana que había que evitar. La doctrina estoica también proclamaba la identidad universal, sin distinción por clases raciales o sociales.
El Neoplatonicismo tenía su basamento en la existencia de una realidad universal y suprema, el Uno, una entidad que dio origen a toda la existencia y lo existente, dando origen a los conceptos verbo (idea), y de este se origina el Alma, o principio dinámico que daba forma a todo lo existente. Según Plotino, su fundador, el conjunto de Uno, Verbo y alma se le denominaba Trinidad Neoplatónica.
Cuando el cristianismo aparece, las doctrinas del Helenismo comienzan a desaparecer, ya que la doctrina filosófica cristiana se extiende y rebate los principios de la cultura pagana. Es así cuando el cristianismo, al exponer ideas contrarias a la filosofía griega adquiere carácter filosófico.
Sin embargo, después de la caída del imperio
romano, el proceso de expansión y consolidación de principios de la filosofía
cristiana tardaría varios años.