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El cuerpo humano es un complejo centro de procesos dinámicos. Constantemente el organismo se adapta a los eventos externos que lo perturban, un ejemplo seria exponerse a baja temperatura, esto provoca una serie de reacciones físico-químicas que le permiten al cuerpo adaptarse a este nuevo clima y encontrar su punto de equilibrio.
El equilibrio químico en el cuerpo recibe el nombre de homeóstasis, la cual consiste en complejos procesos de autorregulación y adaptación. Para realizar este equilibrio el cuerpo se vale de dos vías principalmente: la vía nerviosa y la vía hormonal.
Por la vía nerviosa o impulsos nerviosos se encuentra: El control de la presión arterial, proceso realizado a través de receptores localizados en la pared de los vasos sanguíneos, ademas la regulación de los niveles de oxígeno y dióxido de carbono, entre otros.
La vía hormonal, la cual cuenta con el ejemplo clásico de la autorregulación de los niveles de glucosa en sangre, es un proceso especializado de equilibrio, el cual lleva mecanismos de regulación antagónicos y eficientes según los requerimientos del organismo.