Respuestas
Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.
El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra, supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue haciendo magia". Entonces el niño dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.
El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras mágicas
Un día, Rosita vio a un gnomo a punto de ser atrapado por un trol. La enanita corrió en su ayuda y espantó al trol.
-Toma, te dejo un mechón de mi pelo mágico para que no vuelva a atarcarte ningún trol -dijo Rosita.
-Gracias, amiga. No olvidaré tu ayuda -dijo el gnomo. Y se fue tan contento con su mechón de pelo.
Al día siguiente, Rosita se encontró al mismo trol del día anterior, pero esta vez dispuesto a atrapar a un pequeño elfo que había quedado atrapado en una tela de araña. Rosita fue corriendo hasta el elfo para espantar al trol. Cuando el trol se fue, Rosita le entregó al elfo un mechón de pelo para que le protegiera.
-Gracias, amiga. Te debo una -dijo el elfo. Y se fue cantando y brincando con su mechón de pelo.
La noticia de que Rosita estaba regalando mechones de pelo llegó a todos rincones del reino, así que todos los que tenían que ir al bosque iban a ver a Rosita para pedirle un mechón de pelo. Y Rosita, que era tan buena, se le daba.
Apenas le quedaban unos cabellos el día que, en el bosque, Rosita descubrió al trol a punto de atacar a unos forasteros que cruzaban por allí, desconocedores de los peligros que acechaban.
Sin pensárselo dos veces, Rosita corrió a proteger a los forasteros y, sin darse cuenta de que no tenía más, les entregó sus últimos cabellos.
-Esto os protegerá -djio Rosita-. Huid, rápido.
-¡Jajaja! Ahora que estás completamente calva podré acabar contigo -dijo el trol.
Pero justo cuando el trol estaba a punto de caer sobre la enanita, todos los amigos a los que Rosita había entregado un mechón de pelo aparecieron junto a ella para protegerla.
-Algún día te pillaré sola y te atraparé -gritó el trol.
Apenas había terminado de hablar, el pelo de Rosita empezó a nacer de nuevo. En apenas unos segundos Rosita volvía a tener una hermosa y brillante melena.
-¡No! ¡No es posible! -gritó el trol, mientras corría presa de una gran rabieta.
-¿Cómo es esto posible? -se preguntó Rosita.
Nadie supo contestar, aunque muchos creen que el poder del pelo de Rosita nace en realidad de su gran generosidad. Es lo que tiene el ser generoso, que cuanto más das más tienes