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El uso de la tecnología es sencillamente para mejorar la vida humana, sin embargo, puede que no sea igual para la vida animal. Muchos científicos se han dado a la tarea de observar como los aparatos inquietan y molestan a muchos de los animales, en donde hasta el mínimo zumbido cercano a la oreja de un elefante, puede ahuyentarlo muy lejos.
En algunos lugares, como en Kenia, el proyecto Mara Elephant se encarga de pastorear a los elefantes con ayuda de los drones, así evitan que se salgan de los lugares en donde pueden protegerlos. Pero hay otros lugares en donde su uso no funcionó de la mejor manera, un buen ejemplo a citar, es el fiasco que se llevó Sudáfrica al intentar cuidar a sus rinocerontes con los drones, y fallaron estrepitosamente.
Por su parte, el Servicio de Parques Nacionales de EE UU impide su uso dentro de las zonas que protege, puesto que consideran que los aparatos son muy ruidosos y afectan el entorno natural de los animales. No es algo que tenga que ser tomado a la ligera, muchos científicos, como los pertenecientes a la Universidad de Minnesota, corroboran que los dispositivos generan altos niveles de estrés en los animales, disparando su presión cardíaca a 123 pulsaciones más por cada minuto transcurrido.