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Una Navidad sin familia, no es Navidad.
Desde que era una muchacha muy joven, Navidad ha sido mi día de fiesta favorita. Amo la nieve blanca que cubre las calles, el olor de pino y chocolate caliente en el aire, las canciones de Navidad en las tiendas y, sobretodo, la mañana de Navidad con todos los regalos debajo del árbol.
Una mañana de Navidad, cuando tuve más o menos 5 años, me levante muy temprano y, por su puesto porque fue Navidad, no podía dormir más. Caminé reservada debajo de las escaleras porque quería ver si Papá Noel comió todas las galletas y admirar todos los regalos envueltos debajo del árbol.
Después de esto, sabría que no podría esperar mucho más de largo, entonces volví arriba y traté de despertar a mis padres, pero ellos me dijeron que era muy temprano y que en una hora estarían listos para abrir los regalos. Esta respuesta no me conformaba porque cuando era joven, una hora era un tiempo muy largo y esperando sería difícil. Porque de esto, decidí que la mejor solución para todos era permitir a mis padres dormir una hora más mientra yo abría mis regalos sin ellos. Entonces, fui al árbol otra vez, y abrí mis regalos uno a la vez hasta que no había ninguno más esperando para ser abierto. Era satisfecha con mi pila grande de las cosas nuevas y corrí al cuarto de mis padres para mostrarles mi regalo favorito-un juego de tablero- yo les dije:
-¡Mamá! ¡Papá! Papá Noel me trajo el tablero que quería y muchas cosas geniales también ¡Vengan a ver!-.
Ellos no podían creer que abriera todos y sin mis hermanos. Yo estaba muy emocionada entonces no podía entender porque estaban tristes que no me miraban abrir mis regalos.
Desde entonces sé que Navidad no es regalos, dulces, ni nada de esas cosa materiales, es pasar el tiempo con familia. Y me arrepiento de haber abierto los regalos sin mi familia.
Desde que era una muchacha muy joven, Navidad ha sido mi día de fiesta favorita. Amo la nieve blanca que cubre las calles, el olor de pino y chocolate caliente en el aire, las canciones de Navidad en las tiendas y, sobretodo, la mañana de Navidad con todos los regalos debajo del árbol.
Una mañana de Navidad, cuando tuve más o menos 5 años, me levante muy temprano y, por su puesto porque fue Navidad, no podía dormir más. Caminé reservada debajo de las escaleras porque quería ver si Papá Noel comió todas las galletas y admirar todos los regalos envueltos debajo del árbol.
Después de esto, sabría que no podría esperar mucho más de largo, entonces volví arriba y traté de despertar a mis padres, pero ellos me dijeron que era muy temprano y que en una hora estarían listos para abrir los regalos. Esta respuesta no me conformaba porque cuando era joven, una hora era un tiempo muy largo y esperando sería difícil. Porque de esto, decidí que la mejor solución para todos era permitir a mis padres dormir una hora más mientra yo abría mis regalos sin ellos. Entonces, fui al árbol otra vez, y abrí mis regalos uno a la vez hasta que no había ninguno más esperando para ser abierto. Era satisfecha con mi pila grande de las cosas nuevas y corrí al cuarto de mis padres para mostrarles mi regalo favorito-un juego de tablero- yo les dije:
-¡Mamá! ¡Papá! Papá Noel me trajo el tablero que quería y muchas cosas geniales también ¡Vengan a ver!-.
Ellos no podían creer que abriera todos y sin mis hermanos. Yo estaba muy emocionada entonces no podía entender porque estaban tristes que no me miraban abrir mis regalos.
Desde entonces sé que Navidad no es regalos, dulces, ni nada de esas cosa materiales, es pasar el tiempo con familia. Y me arrepiento de haber abierto los regalos sin mi familia.
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