Respuestas
Respuesta dada por:
22
Un mural es una imagen que usa como soporte un muro o pared. Ha sido uno de los soportes más usuales de la historia del arte. La piedra o el ladrillo es el material del que está hecho este soporte.
La primera pintura de la historia, la rupestre, se ejecutó sobre las paredes de roca de las cuevas paleolíticas. Usaban pigmentos naturales con aglutinantes como la resina. La pintura sobre muros y paredes dominó durante la antigüedad y durante la época románica. Decayó en el gótico, debido a que las paredes se sustituyeron por vidrieras, con lo que había menos superficie en la que pintar; esto determinó también el auge de la pintura sobre tabla. Durante el Renacimiento se produjeron grandes murales, como los frescos realizados por Rafael en las Estancias del Vaticano y la obra de Miguel Angel Buonarroti en la Capilla Sixtina. Posteriormente, se ha limitado a las paredes de los edificios y los techos, destacando las grandes decoraciones del Barroco y el Rococó, que, combinadas con relieves de estuco, daban lugar a creaciones ilusionistas.
La pintura mural no se ha llegado a abandonar nunca, como puede verse en la obra de los muralistas de Hispanoamérica. Los más famosos fueron Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco en México y Teodoro Núñez Ureta en Perú .
Un fresco es una pintura realizada sobre una superficie cubierta con una delgada y suave capa de yeso, en la cual se va aplicando cal apagada (CaOH2) y cuando la última capa está todavía húmeda, se pinta sobre ella, de ahí su nombre.
El fresco se ejecuta en jornadas de trabajo de 8 horas, ya que la cal en un periodo de 24 horas comienza su proceso de secado y no admite más pigmentos. Por ello algunos acabados se realizaban en seco, con temple, es decir, aglutinados con cola. A esa técnica se la conoce como fresco seco.
La realización de un fresco se desarrolla en tres fases: soporte, intonaco, colores.
El soporte, de piedra o ladrillo, debe estar seco y nivelado. Antes de la fase de intonaco, se prepara con una capa llamada arriccio, de un centímetro de espesor aproximadamente, con el fin de dejar la superficie lo más lisa posible. El intonaco se compone de un impasto compuesto de polvo de mármol, cal y agua. El color, se aplica sobre el intonaco mientras éste se encuentra aún húmedo. La gama de colores se reduce a los de origen mineral. Al secarse la cal, los pigmentos quedan integrados químicamente en la propia pared, por lo que su durabilidad se vuelve muy alta.
La principal dificultad de esta técnica es el hecho de que no se puede corregir lo hecho. Una vez que el color ha sido aplicado es inmediatamente absorbido por la base. Las únicas correcciones posteriores se pueden hacer sólo cuando el fresco ha secado, mediante aplicaciones de temple. Sin embargo, estas correcciones carecen de la permanencia del buon fresco
Otra dificultad consiste en la diferencia de tono del color entre el momento de aplicación y el resultado final una vez seco. El pintor debe anticipar y adivinar el resultado final.
La primera pintura de la historia, la rupestre, se ejecutó sobre las paredes de roca de las cuevas paleolíticas. Usaban pigmentos naturales con aglutinantes como la resina. La pintura sobre muros y paredes dominó durante la antigüedad y durante la época románica. Decayó en el gótico, debido a que las paredes se sustituyeron por vidrieras, con lo que había menos superficie en la que pintar; esto determinó también el auge de la pintura sobre tabla. Durante el Renacimiento se produjeron grandes murales, como los frescos realizados por Rafael en las Estancias del Vaticano y la obra de Miguel Angel Buonarroti en la Capilla Sixtina. Posteriormente, se ha limitado a las paredes de los edificios y los techos, destacando las grandes decoraciones del Barroco y el Rococó, que, combinadas con relieves de estuco, daban lugar a creaciones ilusionistas.
La pintura mural no se ha llegado a abandonar nunca, como puede verse en la obra de los muralistas de Hispanoamérica. Los más famosos fueron Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco en México y Teodoro Núñez Ureta en Perú .
Un fresco es una pintura realizada sobre una superficie cubierta con una delgada y suave capa de yeso, en la cual se va aplicando cal apagada (CaOH2) y cuando la última capa está todavía húmeda, se pinta sobre ella, de ahí su nombre.
El fresco se ejecuta en jornadas de trabajo de 8 horas, ya que la cal en un periodo de 24 horas comienza su proceso de secado y no admite más pigmentos. Por ello algunos acabados se realizaban en seco, con temple, es decir, aglutinados con cola. A esa técnica se la conoce como fresco seco.
La realización de un fresco se desarrolla en tres fases: soporte, intonaco, colores.
El soporte, de piedra o ladrillo, debe estar seco y nivelado. Antes de la fase de intonaco, se prepara con una capa llamada arriccio, de un centímetro de espesor aproximadamente, con el fin de dejar la superficie lo más lisa posible. El intonaco se compone de un impasto compuesto de polvo de mármol, cal y agua. El color, se aplica sobre el intonaco mientras éste se encuentra aún húmedo. La gama de colores se reduce a los de origen mineral. Al secarse la cal, los pigmentos quedan integrados químicamente en la propia pared, por lo que su durabilidad se vuelve muy alta.
La principal dificultad de esta técnica es el hecho de que no se puede corregir lo hecho. Una vez que el color ha sido aplicado es inmediatamente absorbido por la base. Las únicas correcciones posteriores se pueden hacer sólo cuando el fresco ha secado, mediante aplicaciones de temple. Sin embargo, estas correcciones carecen de la permanencia del buon fresco
Otra dificultad consiste en la diferencia de tono del color entre el momento de aplicación y el resultado final una vez seco. El pintor debe anticipar y adivinar el resultado final.
Preguntas similares
hace 6 años
hace 6 años
hace 6 años
hace 9 años
hace 9 años
hace 9 años