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11
-------> La historia del desarrollo y progreso de la Ciencia Óptica va aparejada, o mejor dicho, es la del Microscopio.
Como aparato óptico auxiliar en la investigación científica ha adquirido con el decurso del tiempo una importancia trascendental, sin precedentes en la historia de los grandes progresos de las ciencias, de la biología en particular.
No es exagerado ni aventurado afirmar que entre los múltiples instrumentos destinados a la exploración científica no existe en la actualidad otro que tenga tantas aplicaciones, que se haya generalizado tanto y rinda mayores ventajas que el microscopio. Virtualmente ello encarna un imponderable valor definitivo en el campo de la Ciencia.
En efecto, hay ciencias basadas exclusivamente en él y cuyo desarrollo no había sido posible hasta que el microscopio alcanzó cierto grado de perfección. La Bacteriología, la Petrografía y la Metalografía son buenos ejemplos de ello. Otras hay, como la Medicina, la Biología, la Historia Natural, la Química, etcétera, que precisan apelar ineludiblemente a la Microscopia para completar los estudios hechos a simple vista (macroscópicamente).
Sin su hallazgo el estudio de las cosas y de los seres, o entidades sumamente pequeñas, microscópicas para el alcance de la vista normal del micrógrafo, habría sido prácticamente imposible. El ojo humano, por su especial estructura anatómica, tiene su capacidad visual; de ahí la necesidad de ampliar las impresiones percibidas por nuestra retina con el auxilio de distintos mecanismos o medios ópticos, como es el caso del microscopio, por ejemplo.
---------> Primeros aportes a la Biología
A su vez, la investigación microscópica aportó a la Biología, en los albores del siglo XIX, los descubrimientos siguientes:
En el 1827, Karl Ernest von Baer (1792-1876) descubrió el óvulo de los mamíferos. En el 1831, Roberto Brown (1773-1858) observó por primera vez el núcleo celular de las orquídeas. En el 1835, James Paget (1814-1899) y Richard Owen (1804-1892) describen la triquina gusano nemátode endoparasitario que hállase enquistado en el tejido muscular, de preferencia en la carne de cerdo. En el mismo año, 1835, Agostino Bassi habla sobre "Los descubrimientos de los agentes patógenos", y reconoció en un hongo la causa de la enfermedad de los gusanos de seda. En el 1836, Charles Caignard de la Tour (1777-1859) descubrió la importancia del hongo de la levadura en la fermentación. Y a la cabeza de todos ellos, en sitial cimero de la ciencia biológica, figuran Mathías Jacob Schleiden (1804-1881) y Theodor Schwann (1810-1882), quienes formularon y preconizaron la famosa doctrina sobre la Teoría Celular; ocurría esto en los años 1838 y 1839.
Misoneistas
Nos permitimos abrir aquí un breve paréntesis a fin de dar a conocer la desfavorable acogida que tuvo el microscopio entre algunos científicos de gran talla.
Pese a la trascendencia y creciente universalización del uso y aplicación del microscopio, no faltaron espíritus conservadores y reacios que lo miraban con cierto desdén y reticencia, menoscabando o poniendo en duda sus bondades y beneficios. Es el caso, por ejemplo, del histólogo francés Javier Bichat (1771-1802), el fundador nada menos de la doctrina tisular, padre de la Histología, que miraba con menosprecio las incursiones científicas a la luz de las lentes microscópicas, argumentando que las inseguridades que ofrecía la Técnica histológica daban amplio margen a erróneas y caprichosas interpretaciones subjetivas.
Mas la versión que a renglón seguido reproducimos corrobora con fidelidad aquella displicencia hacia el microscopio:
Mas no por estos pequeños incidentes la Ciencia se detiene. Para ella no hay linderos. Posee su filosofía inmanente y no admite dilaciones cuando espíritus escépticos y apocados lo motivan.
Suerte ;)
Como aparato óptico auxiliar en la investigación científica ha adquirido con el decurso del tiempo una importancia trascendental, sin precedentes en la historia de los grandes progresos de las ciencias, de la biología en particular.
No es exagerado ni aventurado afirmar que entre los múltiples instrumentos destinados a la exploración científica no existe en la actualidad otro que tenga tantas aplicaciones, que se haya generalizado tanto y rinda mayores ventajas que el microscopio. Virtualmente ello encarna un imponderable valor definitivo en el campo de la Ciencia.
En efecto, hay ciencias basadas exclusivamente en él y cuyo desarrollo no había sido posible hasta que el microscopio alcanzó cierto grado de perfección. La Bacteriología, la Petrografía y la Metalografía son buenos ejemplos de ello. Otras hay, como la Medicina, la Biología, la Historia Natural, la Química, etcétera, que precisan apelar ineludiblemente a la Microscopia para completar los estudios hechos a simple vista (macroscópicamente).
Sin su hallazgo el estudio de las cosas y de los seres, o entidades sumamente pequeñas, microscópicas para el alcance de la vista normal del micrógrafo, habría sido prácticamente imposible. El ojo humano, por su especial estructura anatómica, tiene su capacidad visual; de ahí la necesidad de ampliar las impresiones percibidas por nuestra retina con el auxilio de distintos mecanismos o medios ópticos, como es el caso del microscopio, por ejemplo.
---------> Primeros aportes a la Biología
A su vez, la investigación microscópica aportó a la Biología, en los albores del siglo XIX, los descubrimientos siguientes:
En el 1827, Karl Ernest von Baer (1792-1876) descubrió el óvulo de los mamíferos. En el 1831, Roberto Brown (1773-1858) observó por primera vez el núcleo celular de las orquídeas. En el 1835, James Paget (1814-1899) y Richard Owen (1804-1892) describen la triquina gusano nemátode endoparasitario que hállase enquistado en el tejido muscular, de preferencia en la carne de cerdo. En el mismo año, 1835, Agostino Bassi habla sobre "Los descubrimientos de los agentes patógenos", y reconoció en un hongo la causa de la enfermedad de los gusanos de seda. En el 1836, Charles Caignard de la Tour (1777-1859) descubrió la importancia del hongo de la levadura en la fermentación. Y a la cabeza de todos ellos, en sitial cimero de la ciencia biológica, figuran Mathías Jacob Schleiden (1804-1881) y Theodor Schwann (1810-1882), quienes formularon y preconizaron la famosa doctrina sobre la Teoría Celular; ocurría esto en los años 1838 y 1839.
Misoneistas
Nos permitimos abrir aquí un breve paréntesis a fin de dar a conocer la desfavorable acogida que tuvo el microscopio entre algunos científicos de gran talla.
Pese a la trascendencia y creciente universalización del uso y aplicación del microscopio, no faltaron espíritus conservadores y reacios que lo miraban con cierto desdén y reticencia, menoscabando o poniendo en duda sus bondades y beneficios. Es el caso, por ejemplo, del histólogo francés Javier Bichat (1771-1802), el fundador nada menos de la doctrina tisular, padre de la Histología, que miraba con menosprecio las incursiones científicas a la luz de las lentes microscópicas, argumentando que las inseguridades que ofrecía la Técnica histológica daban amplio margen a erróneas y caprichosas interpretaciones subjetivas.
Mas la versión que a renglón seguido reproducimos corrobora con fidelidad aquella displicencia hacia el microscopio:
Mas no por estos pequeños incidentes la Ciencia se detiene. Para ella no hay linderos. Posee su filosofía inmanente y no admite dilaciones cuando espíritus escépticos y apocados lo motivan.
Suerte ;)
salvatoredx:
gracias
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