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Hechos 1: 14
y la sumisión que tuvo a Cristo y a Jehová Dios.
diciendo " he aquí la esclava del señor. hágase en mi tu parecer. esclava . no señora igual que todos los que profesan la fe.
Entre estas virtudes se encuentran:
-La humildad: Nuestra Madre fue siempre una mujer humilde, alguien que siempre adoró la grandeza del padre, nunca se quejó.
- La Sencillez: Es aceptar todo sin exigencias, aceptar lo que Dios no depara para nuestra vida, así como lo hizo nuestra Madre Maria quien nunca reprochó ni se quejó de lo que Dios depuso para su vida.
- Fé, Esperanza y Caridad: Son las más ejemplares virtudes que tuvo nuestra Madre Maria, ella aceptó todo lo que Dios le impuso sin dudar en ningun momento, nunca exigió a Dios alguna prueba para justificar su fé, fue fiel devota hasta el día de su muerte.
-La obediencia: Nuestra madre fue obediente a todos los mandatos de Dios, cuidó de su hijo hasta el día de la muerte inculcándole la mejor educación y forma de vida posible cumpliendo así con la voluntad de Dios quien le encomendó esta ardua tarea.
-La Mansedumbre: Maria fue una mujer mansa de corazón y espíritu, obedeció la voluntad de su padre hasta en las más difíciles circunstancias y nunca dijo que no a sus disposiciones, nunca fue una persona alardosa ni busca pleitos, dedicó toda su vida simplemente a la devoción y entrega total a su Dios.
-Respeto: Maria mostró respeto al Padre durante toda su vida incluso antes de recibir la gracia de llevar su hijo en su vientre, siempre respetó a Dios, no por miedo sino por fé, un respeto que manifestó obedeciendo todos sus mandatos sin nunca dudar en cumplirlos.
-La Pobreza: Nunca se apegó a nada material siempre estuvo lista para recibir lo poco o lo mucho que Dios le ofreciera, nunca se quejó de su vida de pobreza y fue obediente en todo momento.
-La Generosidad: No dudó en ningún momento en entregar a su hijo, le dolió hacerlo como toda madre a su hijo pero no titubeo al aceptar esto, esto demuestra una vez más la fé y el amor que le profesaba a su Señor.
-Pureza: La Santísima Madre Maria fue siempre pura y virgen, amó a Dios como a nadie más y obedeció todos sus mandamientos por fé. Llevó una vida de pureza a la que nunca renunció, es por eso que hoy es ejemplo de todos y todas.
-Disponibilidad: Nuestra Madre Maria siempre estuvo disponible para nuestro Dios nunca dijo “NO” siempre escucho y obedeció lo que Dios le deparaba.
-Entrega total: La Consagración a María como consecuencia de lo que hemos experimentado en su Corazón de Madre nos invitará a entregarle gradualmente nuestra voluntad y nuestra libertad para aprender a ser plenamente libres y poder alcanzar la meta de la santidad.
-La confianza: Para poder llevar una vida de entrega Maria tuvo que tener eterna confianza en el Padre, a quien nunca dudó en servir.
-El abandono: Así como nuestra Madre abandonó todo por seguir a Dios, su pueblo, su familia, sus amigos así debemos de ser nosotros. La Consagración exigirá un abandono total en las manos de María como el niño se abandona en los brazos de su madre y como Jesús vivió en los brazos de María.
-La pequeñez interior: Para entregarse a la vida de devoción Maria tuvo que sentir en su corazón la virtud de la Pequeñez Interior que la ayudó a ser conforme con la vida que la entrega a su señor le ofrecía.
- La docilidad: Maria en su vida de devoción nos demuestra que fue una mujer dócil ya que siempre estuvo lista y disponible para Dios y lo que este le ordenara.
-La disponibilidad: María estuvo siempre disponible desde el principio.
-La fidelidad y la firmeza: Maria nunca dejó de creerle ni de obedecerle a Dios, nunca dio muestra de adoración a otros Dioses.
-La perseverancia y la paciencia: Se necesita para llevar una vida de creencia y entrega a Dios mucha perseverancia ante las pruebas que la vida le mostraba a Maria pero siempre fue perseverante y paciente, contaba con Dios quien le brindaba su apoyo incondicional.
-La vida de oración: La Madre llevó una vida de oración, esto demuestra una vez más la fe que profesaba hacia Dios.
-El espíritu de sacrificio en el misterio de la Cruz: La vida de Maria estuvo dirigida por el ministerio de la cruz, siempre agradeció a su Dios el perdón de los pecados por medio a la muerte de su hijo y por eso siempre fue su devota.