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Narrador: Fue hace mucho, mucho tiempo, cuando en el mundo no había desdicha, enfermedad, rencor. Entonces, la gente no se lastimaba una a otra, no envidiaban a los demás, no peleaban, así que tampoco existían guerras ni muertes. En ese momento todo era abundancia y todos disfrutaban de una buena vida, especialmente Pandora y Epimeteo, un par de jóvenes enamorados que habían contraído matrimonio.
Él la llenaba de regalos. Cada día la alagaba llevaba un vestido nuevo, unas sandalias, joyas, o estatuas para el jardín. Pero un día, vino con un objeto extraño, envuelto en un paño.
(Pandora Baila por su casa y entra Epimeteo cargando algo)
Pandora: (curiosa) ¿Qué es esto?, ¿Es un regalo para mí?
Epimeteo: (Enérgico) No, Pandora. (Saca el objeto del paño) El dios Mercurio me ha encargado custodiar esta caja y me ha dicho que por ningún motivo debe abrirse o lo lamentaremos. Así que he dado mi palabra de que nada pasará.
Pandora: Déjame que vea tan solo un poco. Sera solo un instante.
Epimeteo: ¡No, Pandora! Esto no es nuestro. Debemos respetar el mandato de los dioses Mercurio. ¡Aléjate de ella!.
Narrador: Pandora aprovecho la salida de Epimeteo el día siguiente, y fue a pararse junto a la caja. Su curiosidad era tanta, que acercó sus dedos al hilo dorado que mantenía la caja cerrada.
Pandora: (curiosa y pensativa) Me pregunto qué habrá dentro. Tal vez, si es un regalo para mí, pero Epimeteo trata de jugarme una broma. De igual manera, si no es para mí, fue él quien hizo la promesa, no pasará nada porque yo mire en su interior.Narrador: Estuvo a punto de detenerse, pero fue dominada por su impaciencia. Desató la cuerda y levantó los cierres. Inmediatamente la caja emitió un leve sonido, como el aleteo de una mariposa.
Pandora: Pobre criatura, ¿Qué hace encerrada ahí dentro?, ¡Tengo que liberarla!
Narrador: Pandora abrió por fin la caja. En su interior había un tarro sellado y lleno de polvo. El cual emitía aún más sonidos.
Voces dentro del tarro: ¡Pandora! ¡Pandora! ¡Por favor, déjanos salir!
Pandora: (Impaciente) Pero no debo, ¡no debo! Mi esposo dijo que…
Voces dentro de la caja: ¡Y qué sabe él! El mundo nos necesita y la gloria será para ti si nos liberas.
Narrador: Finalmente la tentación la venció y Pandora rompió el sello del frasco. De ahí salieron horribles alimañas, insectos y sabandijas, llevando consigo las palabras: Muerte, Temor, Enfermedad, Hambre, Vejez. Para cuando Pandora logró poner el tapón de nuevo, se habían escapado también la Inquietud, la Ira y los Celos.
Epimeteo: (Entra en escena y al ver lo que Pandora hizo, enfurece) ¿Pero qué has hecho?, te dije que no debías abrir la caja. ¿Por qué desobedeciste?
Narrador: En ese momento, los ojos de Pandora se llenaron de lágrimas por primera vez, y se escucharon peleas por todos lados. La gente estaba conociendo los males que escaparon del tarro.
Voz dentro del tarro: ¡Pandora! ¡Pandora! ¡No me dejes aquí sola! ¡El mundo me necesita!
Pandora: (Llorando) ¡No me engañarán de nuevo!
Voz dentro del tarro: Puedo ayudarte. ¡Por favor, déjame salir!
Narrador: Aquella vocecilla sonaba tan afligida como Pandora. Así que accedió a abrir el tarro. Esta vez salió volando una frágil y diminuta criatura blanca, parecida a una polilla. Al posarse sobre el rostro de Pandora, ésta se sintió más animada.
Pandora: ¿Qué clase de linda y perversa criatura eres tú?
Polilla: (Murmurando)
Yo soy la Esperanza.
Narrador: La Esperanza, salió volando para hacerle frente a todos aquellos males que fueron liberados en el mundo.
Narrador: Fue hace mucho, mucho tiempo, cuando en el mundo no había desdicha, enfermedad, rencor. Entonces, la gente no se lastimaba una a otra, no envidiaban a los demás, no peleaban, así que tampoco existían guerras ni muertes. En ese momento todo era abundancia y todos disfrutaban de una buena vida, especialmente Pandora y Epimeteo, un par de jóvenes enamorados que habían contraído matrimonio.
Él la llenaba de regalos. Cada día la alagaba llevaba un vestido nuevo, unas sandalias, joyas, o estatuas para el jardín. Pero un día, vino con un objeto extraño, envuelto en un paño.
(Pandora Baila por su casa y entra Epimeteo cargando algo)
Pandora: (curiosa) ¿Qué es esto?, ¿Es un regalo para mí?
Epimeteo: (Enérgico) No, Pandora. (Saca el objeto del paño) El dios Mercurio me ha encargado custodiar esta caja y me ha dicho que por ningún motivo debe abrirse o lo lamentaremos. Así que he dado mi palabra de que nada pasará.
Pandora: Déjame que vea tan solo un poco. Sera solo un instante.
Epimeteo: ¡No, Pandora! Esto no es nuestro. Debemos respetar el mandato de los dioses Mercurio. ¡Aléjate de ella!.
Narrador: Pandora aprovecho la salida de Epimeteo el día siguiente, y fue a pararse junto a la caja. Su curiosidad era tanta, que acercó sus dedos al hilo dorado que mantenía la caja cerrada.
Pandora: (curiosa y pensativa) Me pregunto qué habrá dentro. Tal vez, si es un regalo para mí, pero Epimeteo trata de jugarme una broma. De igual manera, si no es para mí, fue él quien hizo la promesa, no pasará nada porque yo mire en su interior.Narrador: Estuvo a punto de detenerse, pero fue dominada por su impaciencia. Desató la cuerda y levantó los cierres. Inmediatamente la caja emitió un leve sonido, como el aleteo de una mariposa.
Pandora: Pobre criatura, ¿Qué hace encerrada ahí dentro?, ¡Tengo que liberarla!
Narrador: Pandora abrió por fin la caja. En su interior había un tarro sellado y lleno de polvo. El cual emitía aún más sonidos.
Voces dentro del tarro: ¡Pandora! ¡Pandora! ¡Por favor, déjanos salir!
Pandora: (Impaciente) Pero no debo, ¡no debo! Mi esposo dijo que…
Voces dentro de la caja: ¡Y qué sabe él! El mundo nos necesita y la gloria será para ti si nos liberas.
Narrador: Finalmente la tentación la venció y Pandora rompió el sello del frasco. De ahí salieron horribles alimañas, insectos y sabandijas, llevando consigo las palabras: Muerte, Temor, Enfermedad, Hambre, Vejez. Para cuando Pandora logró poner el tapón de nuevo, se habían escapado también la Inquietud, la Ira y los Celos.
Epimeteo: (Entra en escena y al ver lo que Pandora hizo, enfurece) ¿Pero qué has hecho?, te dije que no debías abrir la caja. ¿Por qué desobedeciste?
Narrador: En ese momento, los ojos de Pandora se llenaron de lágrimas por primera vez, y se escucharon peleas por todos lados. La gente estaba conociendo los males que escaparon del tarro.
Voz dentro del tarro: ¡Pandora! ¡Pandora! ¡No me dejes aquí sola! ¡El mundo me necesita!
Pandora: (Llorando) ¡No me engañarán de nuevo!
Voz dentro del tarro: Puedo ayudarte. ¡Por favor, déjame salir!
Narrador: Aquella vocecilla sonaba tan afligida como Pandora. Así que accedió a abrir el tarro. Esta vez salió volando una frágil y diminuta criatura blanca, parecida a una polilla. Al posarse sobre el rostro de Pandora, ésta se sintió más animada.
Pandora: ¿Qué clase de linda y perversa criatura eres tú?
Polilla: (Murmurando)
Yo soy la Esperanza.
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