Respuestas
El hígado se encarga se metabolizarlo, es decir, convertirlo de forma que no cause daños en el cuerpo. Allí existen varias enzimas que metabolizan el alcohol, la más importante es la alcohol-deshidrogenasa (ADH), que convierte al etanol en acetaldehído y, posteriormente, en acetato.
El problema ocurre al consumir una gran cantidad de alcohol, porque el acetaldehído se produce a mayor velocidad de la que el cuerpo es capaz de desactivarlo. Por eso se acumula en el hígado y es el que provoca los daños hepáticos.
Al pasar el tiempo se producen depósitos de grasa en las células hepáticas, lo que da lugar a la inflamación (hepatitis) y muerte de éstas células. Al intentar reparar los daños el hígado crea cicatrices (cirrosis). Éstas cicatrices pueden acabar desembocando en un cáncer de hígado.
Beber con moderación, se refiere a de forma recomendable no más 1 trago al día si es una mujer y no más de 2 si es un hombre. Un trago se define como 12 onzas (350 mL) de cerveza, 5 onzas (150 mL) de vino o 1.5 onzas (45 mL) de licor fuerte.
Más de esto está fuera de los límites recomendados.