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Respuesta dada por:
1
yo me se uno y es el siguiente:
me distes la vida me distes tu amor
y yo te lo pago con mi corazon
eres nuy linda eres mi madre
y eres la estrella q mi camino abre
me distes la vida me distes tu amor
y yo te lo pago con mi corazon
eres nuy linda eres mi madre
y eres la estrella q mi camino abre
leylaur30:
espero q te sirva
Respuesta dada por:
4
1) Invitación al aire- Rafael Alberti
Te invito, sombra, al aire.
Sombra de veinte siglos,
a la verdad del aire,
del aire, aire aire.
Sombra que nunca sales
de tu cueva, y al mundo
no devolviste el silbo
que al nacer te dio el aire,
del aire, aire, aire.
Sombra sin luz, minera
por las profundidades
de veinte tumbas, veinte
siglos huecos, sin aire
del aire, aire, aire.
¡Sombra, a los picos, sombra,
de la verdad del aire
del aire, aire, aire!
Estrofas: 4 Versos: 17.
2) Niño- Leonel Lienlaf
Hoy volví a ver de nuevo
las aguas del estero
(esas que algún día bebí)
corriendo
junto a los altos konkillos
donde me bañaba.
Ellos guardan mi cuerpo de
niño
ellas aún guardan al amigo
que invisiblemente jugaba
en la tarde,
con mis antiguos ensueños.
Estrofas: 2 Versos: 12.
3)Tres árboles- Gabriela Mistral
Tres árboles caídos
quedaron a la orilla del sendero.
El leñador los olvidó, y conversan,
apretados de amor, como tres ciegos.
El sol de ocaso pone
su sangre viva en los hendidos leños
¡y se llevan los vientos la fragancia
de su costado abierto!
Uno, torcido, tiende
su brazo inmenso y de follaje trémulo
hacia otro, y sus heridas
como dos ojos son, llenos de ruego.
El leñador los olvidó. La noche
vendrá. Estaré con ellos.
Recibiré en mi corazón sus mansas
resinas. Me serán como de fuego.
¡Y mudos y ceñidos,
nos halle el día en un montón de duelo!
Estrofas: 4 Versos: 18.
4) Sobre el mar- John Keats.
Mantiene susurros eternos a lo largo
de orillas desoladas y con su poderosa marea
sacia dos veces diez mil cavernas, hasta que el encanto
de Hécate les deja su viejo sombrío.
A menudo se le encuentra tan buen de humor
que raramente a la más pequeña concha
moverá durante días de donde cayó en cierta ocasión
cuando por última vez los vientos del cielo se desataron.
¡Oh, vosotros! que tenéis los ojos aburridos y cansados,
alégralos fijándolos en la inmensidad del mar,
¡Oh, vosotros! cuyos oídos están embotados con el rudo tumulto.
o demasiados hartos de empalagadoras melodías,
¡sentáos cerca de la boca de una caverna y meditad
hasta que comencéis a oír como si las ninfas del mar cantaran!
Estrofas: 4 Versos: 14.
Te invito, sombra, al aire.
Sombra de veinte siglos,
a la verdad del aire,
del aire, aire aire.
Sombra que nunca sales
de tu cueva, y al mundo
no devolviste el silbo
que al nacer te dio el aire,
del aire, aire, aire.
Sombra sin luz, minera
por las profundidades
de veinte tumbas, veinte
siglos huecos, sin aire
del aire, aire, aire.
¡Sombra, a los picos, sombra,
de la verdad del aire
del aire, aire, aire!
Estrofas: 4 Versos: 17.
2) Niño- Leonel Lienlaf
Hoy volví a ver de nuevo
las aguas del estero
(esas que algún día bebí)
corriendo
junto a los altos konkillos
donde me bañaba.
Ellos guardan mi cuerpo de
niño
ellas aún guardan al amigo
que invisiblemente jugaba
en la tarde,
con mis antiguos ensueños.
Estrofas: 2 Versos: 12.
3)Tres árboles- Gabriela Mistral
Tres árboles caídos
quedaron a la orilla del sendero.
El leñador los olvidó, y conversan,
apretados de amor, como tres ciegos.
El sol de ocaso pone
su sangre viva en los hendidos leños
¡y se llevan los vientos la fragancia
de su costado abierto!
Uno, torcido, tiende
su brazo inmenso y de follaje trémulo
hacia otro, y sus heridas
como dos ojos son, llenos de ruego.
El leñador los olvidó. La noche
vendrá. Estaré con ellos.
Recibiré en mi corazón sus mansas
resinas. Me serán como de fuego.
¡Y mudos y ceñidos,
nos halle el día en un montón de duelo!
Estrofas: 4 Versos: 18.
4) Sobre el mar- John Keats.
Mantiene susurros eternos a lo largo
de orillas desoladas y con su poderosa marea
sacia dos veces diez mil cavernas, hasta que el encanto
de Hécate les deja su viejo sombrío.
A menudo se le encuentra tan buen de humor
que raramente a la más pequeña concha
moverá durante días de donde cayó en cierta ocasión
cuando por última vez los vientos del cielo se desataron.
¡Oh, vosotros! que tenéis los ojos aburridos y cansados,
alégralos fijándolos en la inmensidad del mar,
¡Oh, vosotros! cuyos oídos están embotados con el rudo tumulto.
o demasiados hartos de empalagadoras melodías,
¡sentáos cerca de la boca de una caverna y meditad
hasta que comencéis a oír como si las ninfas del mar cantaran!
Estrofas: 4 Versos: 14.
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