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SOLUCIÓN:
Los orígenes de la danza y de la música son tan ancestrales que va más allá de la historia documentada, para entrar en el terreno mítico que, sin embargo, no sólo tiene un sustento cierto, pues no emerge de la nada, sino que por añadidura puede llegar a ser muy poético.
Existe una leyenda, atribuida a un monje taoísta llamado Han Yi, que refiere a la creación del mundo, vinculada ella al sonido (también los cristianos, finalmente conciben que Dios creó el mundo a través de la palabra, que no es otra cosa que sonido). La leyenda de Han Yi relata que en el principio de todo reinaban las tinieblas. Amaterasu, la diosa del sol, no reinaba todavía en el cielo, sino que vivía en las entrañas de una caverna. Por ello el mundo era frío, inhóspito y carente de vida. Pero un día, la diosa tomó seis arcos enormes, los reunió y creó así un arpa, en la cual tocó una hermosa melodía.
Atraída por esa música, se acercó a la boca de la caverna una ninfa, que animada por la música comenzó a danzar y a cantar. La diosa solar quiso escuchar mejor esos cantos que venían desde la lejanía, y por eso se asomó tímidamente a la entrada de su caverna. Pero cuando vió bailar a la ninga, decidió salir por completo, para apreciar en toda su magnitud ese espectáculo maravilloso. En ese instante la luz alumbró el mundo por primera vez. Las plantas comenzaron a vivir. Los animales y los hombres pisaron la nueva tierra plena de luz. Y éstos últimos acordaron cultivar el canto y la danza, para que la diosa del Sol no retornara jamás a su caverna. La vida se había iniciado gracias al Sol, pero sin la música, sin el canto y sin la danza nada de esto podría haber sucedido. Fue gracias a la música, el canto y la danza que comenzó el mundo.
Por lo tanto, se concluye que primero fue la música y posteriormente nació la danza.
Desde tiempos inmemoriables, ambas han estado presentes en el ámbito de la expresión humana, por lo tanto se han trabajado como sinónimos en muchos casos. Sin embargo, es razonable pensar que la música vino primero, más que todo en forma de cánticos religiosos, que luego fueron acompañados con movimientos ritualísticos para acompañarle, dando origen a la danza.