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Respuesta:
son tejidos conectivos especializados. El cartílago posee una matriz flexible firme que resiste a las tensiones mecánicas. La matriz ósea, por otra parte, es uno de los tejidos más duros del cuerpo, y resiste también las tensiones que se le aplican. Ambos tipos de tejidos conectivos poseen células especializadas en secretar la matriz, en la cual quedan atrapadas. Aunque cartílago y hueso tienen muchas funciones diversas, algunas de ellas son semejantes y están relacionadas. Ambos participan en el sostén del cuerpo, porque están íntimamente asociados en el sistema esquelético. La mayor parte de los huesos largos del cuerpo se forman primero en el embrión como cartílagos, que constituyen un modelo que sustituye más tarde el hueso; esto se denomina formación endocondral de hueso. Este sistema empieza a trabajar pronto en el feto y prosigue haciéndolo después del nacimiento, con restitución cada vez mayor del cartílago por hueso hasta que la persona ha logrado el crecimiento completo de un sistema esquelético. La mayor parte de los huesos planos se forman dentro de vainas membranosas preexistentes; este método de osteogénesis se conoce como formación intramembranosa de hueso.
Cartílago
El cartílago posee células llamadas condrocitos, que ocupan cavidades pequeñas llamadas lagunas dentro de la matriz extracelular que secretan. Las sustancia del cartílago no está vascularizada ni inervada o drenada por vasos linfáticos; sin embargo, las células reciben su nutrición desde los vasos sanguíneos de los tejidos conectivos circundantes por difusión a través de la matriz. La matriz extracelular está compuesta por glucosaminoglucanos y proteoglucanos, íntimamente asociados con las fibras de colágena y elásticas embebidas en la matriz. La flexibilidad y la resistencia del cartílago a la compresión le permite funcionar como amortiguador de golpes, en tanto que su superficie lisa permite el movimiento casi libre de fricciones de las articulaciones del cuerpo, puesto que cubre las superficies articulares de los huesos.
Son tres los tipos de cartílago según las fibras que se encuentran en la matriz (fig. 7-1e). El cartílago hialino, que contiene la colágena del tipo II en su matriz, es el cartílago más abundante del cuerpo y desempeña muchas funciones. El cartílago elástico contiene colágena del tipo II y fibras elásticas abundantes diseminadas por toda la matriz, por lo que es más flexible. El fibrocartílago posee fibras de colágena densas y burdas del tipo I en su matriz, lo que le permite soportar las fuerzas de tensión intensas (cuadro 7-1c).
El pericondrio es una vaina de recubrimiento de tejido conectivo que se encuentra sobre la mayor parte del tejido cartilaginoso. Cuenta con una capa fibrosa externa y una capa celular interna cuyas células secretan matriz cartilaginosa. El pericondrio está vascularizado, y sus vasos proveen de materiales nutrientes a las células del cartílago. En las zonas en las que el cartílago carece de pericondrio, por ejemplo, las superficies articulares de los huesos que forman una articulación, las células del cartílago reciben su nutrición de líquido sinovial que baña a las superficies articulares.
CARTILAGO HIALINO
El cartílago hialino, que es una sustancia flexible y semitranslúcida de color gris azuloso, es el más frecuente del cuerpo. Se encuentra en nariz y laringe, extremos ventrales de las costillas en los sitios en los que las conecta con el esternón y en los anillos traqueales y bronquiales. El cartílago hialino se encuentra también en las superficies articulares de las articulaciones movibles del cuerpo. Este cartílago forma el modelo cartilaginoso de muchos de los huesos durante el desarrollo embrionario y constituye las placas epifisarias de los huesos en crecimiento.
Histogénesis y crecimiento del cartílago hialino.
Cuando se forma el cartílago, las células mesenquimatosas individuales retraen sus prolongaciones, se redondean y se congregan en acúmulos densos que se denominan centros de condrificación.
Explicación: