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Haciendo uso de un artículo de la Constitución y argumentando que el pueblo dio un claro veredicto contra el Gobierno en las multitudinarias protestas del miércoles, el Parlamento ecuatoriano destituyó ayer al Presidente de la República, Abdalá Bucaram, y nombró en su remplazo, como mandatario interino, al presidente del Congreso, Fabián Alarcón.
Pero pocos minutos después, exactamente a las 10:15 de la noche, Abdalá Bucaram (45 años) salió a la escalera principal del palacio de Carondelet, en el corazón de Quito, para anunciar a la prensa que desconocía la decisión del Parlamento.
Consultado sobre la posibilidad de que ordenara el cierre del legislativo, Bucaram respondió tajantemente: yo soy un demócrata . Sin embargo, se abstuvo de precisar que medidas adoptaría frente a la decisión del Congreso Nacional y se retiró a sus oficinas acompañado por una fuerte escolta.
Tras media hora de silencio y múltiples rumores, que iban desde un golpe militar hasta el asilo del presidente en la embajada de los Estados Unidos, Bucaram hizo pública una comunicación al ministro de la Defensa, Víctor Bayas, y al alto mando militar, en la que les pide desconocer la votación en el Congreso por ser un acto ilegal y contrario a la voluntad popular que lo llevó al poder con el 54 por ciento de los votos el 7 de julio de 1996.
Al cierre de esta edición las Fuerzas Armadas permanecían en estricto silencio. Su único pronunciamiento fue hecho antes de la votación en el legislativo.
En ese comunicado, el consejo ampliado de Generales y Almirantes, la cúpula de las Fuerzas Armadas, piden a las Funciones del Estado que acudan al diálogo y a la concertación como los únicos caminos idóneos en los momentos cruciales que vive la patria y confían en la madurez, patriotismo y sabiduría de los líderes de la clase política ecuatoriana .
Poco antes de la medianoche Bucaram volvió a aparecer ante la prensa para calificar de actitud vandálica la decisión del Parlamento y para anunciar que no toleraría el golpe congresil .
Bucaram dijo que como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas ha dado la orden a la tropa de mantener la tranquilidad y la paz en el país, pero sus palabras no despejaron para nada la inquietud que hay por la posición de las FF.AA. en esta crisis política, sin duda la peor que ha vivido Ecuador desde el retorno de la democracia en 1979.
Incapacidad mental La oposición destituyó a Bucaram por incapacidad mental , una figura consagrada en el artículo número 100 de la Constitución que permite declarar vacante el cargo de Presidente de la República.
La votación fue estrecha, 44 votos a favor y 34 en contra y 2 abstenciones, pero el Congreso (unicameral) sólo necesitaba el voto de la mitad más uno de sus 82 miembros para legalizar la moción. (Dos legisladores no asistieron).
La propuesta de destitución, presentada por el derechista Partido Social Cristiano (líder de la oposición), establece que el poder será asumido de manera interina por el presidente del Congreso, Fabián Alarcón, quien deberá convocar a elecciones presidenciales en un plazo no mayor a un año.
La votación final fue precipitada por la mesa directiva del legislativo luego de que los diputados del partido Roldosista (oficialismo) rompieran y botaran por los aires las copias de la resolución de destitución del presidente Bucaram, y comenzaran a denunciar con gritos e insultos la concreción de un golpe de estado.
Paralelamente, Jacobo Bucaram, hermano del mandatario y miembro del legislativo, declaró indignado que en ningún país del mundo se destituye a un Presidente sin un juicio y llamó cobardes y vende patrias a los diputados de la oposición.
Ante esta situación la mesa directiva comenzó un proceso de votación nominal. Una vez confirmada la victoria del sí , Alarcón fue juramentado rápidamente como nuevo presidente interino de Ecuador.
El júbilo se apoderó entonces del millar de personas que montaban guardia desde tempranas horas frente al Parlamento a pesar del penetrante frío y una oscilante llovizna.
Hacia las once de la noche carros con banderas ecuatorianas recorrían la céntrica avenida Amazonas haciendo sonar sus bocinas. Periodistas de diferentes cadenas radiales reportaban un creciente número de gente festejando en las calles, especialmente en el centro.
Al cierre de esta edición miles de manifestantes que se congregaron en la plaza de la independencia, donde está el palacio de gobierno, le exigían la renuncia al Presidente.
Bucaram se hallaba prácticamente atrincherado en el palacio de Carondelet y Alarcón, por su parte, recorría en una improvisada caravana las calles de Quito.
Y pra rematar la vecepresidenta Rosalía Arteaga, hacía entrega de un decreto en el que se autoproclamaba como heredera del trono.
En una palabra, ayer a la medianoche Ecuador tenía tres presidentes
Explicación:
Por su mal gobierno fue un loco