Resumen del cuento "Los mosquitos de santa rosa de lima"

Respuestas

Respuesta dada por: CandeA17
76
Este relato fue escrito por Ricardo Palma en su obra Tradiciones Peruanas. Cuenta que en el huerto de Santa Rosa habían acequias y charcos donde revoloteaban los zancudos. Pero cuando la Santa construyó su ermita hicieron un trato: ella no los molestaba y ellos no la molestaban.
Los mosquitos cumplieron el pacto, incluso la acompañaban en su alabanzas dando un concierto de trompetistas. Pero un día la visitó la beata Catalina, quien fue atacada por los mosquitos y de un manotazo mató a uno. Rosa le pidió que no las mate y les ordenó a los zancudos nunca más atacar a su amiga.
En otra ocasión la visitó la beata Frasquita Montoya, pero ésta no quería acercarse a la ermita por miedo a los mosquitos. Entonces, Rosa mando a tres mosquitos a que la piquen, uno en el nombre del Padre, otro por el Hijo y el último por el Espíritu Santo.
Respuesta dada por: mathias6345
20

Respuesta:

Explicación:A Santa Rosa se le atribuía una relación especial con todo tipo de animales, que la respetaban y obedecían en todas sus peticiones.

Según cuenta la leyenda, la casa de Santa Rosa tenía una especie de huerto, con charcos y acequias.

Naturalmente, esto atraía a una gran multitud de mosquitos, que no paraban de importunar a la mística mientras oraba.

Cuando decidió construir una ermita en esos terrenos, llegó a un acuerdo con los molestos animales: ella prometía no molestarlos y ellos harían lo mismo con ella.

Tan bien funcionó el acuerdo que se cuenta que, cuando Rosa emitía sus alabanzas a Dios, los mosquitos la seguían dando una especie de concierto con trompetillas.

Sin embargo, un día apareció por el huerto una amiga de la Santa, la beata Catalina. Esta, a la que los mosquitos no respetaron, mató a uno de un manotazo.

En ese momento Rosa impone la paz. Pide a la beata que no vuelva a matar a ninguno y a los mosquitos que no piquen de nuevo a su amiga:

“Déjalos vivir, hermana: no me mates ninguno de estos pobrecitos, que te ofrezco no volverán a picarte, sino que tendrán contigo la misma paz y amistad que conmigo tienen”.

Diferente fue el caso de otra beata, Francisca Montoya. Esta ni siquiera se atrevía a acercarse al huerto por miedo a la multitud de mosquitos que allí se habían instalado.

Parece que a la Santa no le gustaron tales prevenciones, así que decidió mandarle un castigo. Eligió a tres mosquitos y les pidió que fueran a picar a la beata:

“Pues tres te han de picar ahora —le dijo Rosa—, uno en nombre del Padre, otro en nombre del Hijo y otro en nombre del Espíritu Santo”.

Preguntas similares