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Supongo que porque Cuba quería libertad pero no se la proveía así que siguió con la batalla para conseguirla
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11
La Guerra de Independencia cubana o Guerra del 95 es el nombre con el que se conoce a la última guerra por la independencia de los cubanos contra el dominio español y se trata de una de las últimas guerras americanas contra el Reino de España. La guerra se inició en 1895 con el "Grito de Baire" y terminó con la rendición de las tropas realistas ante el avance de la Armada estadounidense en 1898, en la ya Guerra Hispano-Estadounidense.
Antecedentes
El siglo XIX representó la pérdida de las Colonias Americanas para España y hacia finales del siglo sólo tenía unas pocas colonias, entre las cuales se encontraban Guam, Cuba, Puerto Rico y Filipinas. En Cuba las ideas independentistas habían estado latentes desde el fin de la guerra de restauración en República Dominicana, que expulsó a las tropas reales españolas de la isla caribeña, y de la Guerra de los Diez Años, pero coexistían con otras tendencias del ideario político emancipador aunque con unos límites entre ellos no siempre bien definidos. Junto a quienes mantenían la opción separatista (José Martí) se hallaban los autonomistas (Rafael Montoro) y reformistas (José Antonio Saco). Las condiciones no permitieron el éxito de ninguno de los intentos de levantamiento contra el gobierno colonial. El germen de la libertad y el descontento popular, que fue común en todas gestas independentistas hispanoamericanas y que había dado origen a la Guerra de los Diez Años, continuaba vigente y, aunque la esclavitud se había abolido, las condiciones de los negros y mulatos en la colonia eran deplorables. Sin embargo, tendrían que pasar algunos años para que el genio organizativo de José Martí preparara la insurrección. El carismático líder unió múltiples figuras y logró representar la unidad y los intereses populares.
Los proyectos de autonomía para Cuba redactados por los políticos de la metrópoli (Maura, Abárzuza, Cánovas del Castillo) cristalizaron durante el gobierno de Práxedes Mateo Sagasta, con Segismundo Moret en el Ministerio de Ultramar, en una Constitución para la isla que le otorgaba autonomía plena (25 de noviembre de 1897) con la sola reserva del cargo de Gobernador General, más los reales decretos por los que se establecía la igualdad de derechos políticos de los españoles residentes en las Antillas y los penisulares, y se hizo extensivo a Cuba y Puerto Rico el sufragio universal (25 de noviembre de 1897). El primer gobierno autónomo estuvo presidido desde el 1ro de enero de 1898 por José María Gálvez Alonso. Ninguna de las iniciativas emprendidas desde el Gobierno central tuvieron éxito a pesar de los claros avances, ya que para los intereses de la oligarquía criolla como los de los intervencionistas de los Estados Unidos de América, la presencia española era un obstáculo a eliminar.
Antecedentes
El siglo XIX representó la pérdida de las Colonias Americanas para España y hacia finales del siglo sólo tenía unas pocas colonias, entre las cuales se encontraban Guam, Cuba, Puerto Rico y Filipinas. En Cuba las ideas independentistas habían estado latentes desde el fin de la guerra de restauración en República Dominicana, que expulsó a las tropas reales españolas de la isla caribeña, y de la Guerra de los Diez Años, pero coexistían con otras tendencias del ideario político emancipador aunque con unos límites entre ellos no siempre bien definidos. Junto a quienes mantenían la opción separatista (José Martí) se hallaban los autonomistas (Rafael Montoro) y reformistas (José Antonio Saco). Las condiciones no permitieron el éxito de ninguno de los intentos de levantamiento contra el gobierno colonial. El germen de la libertad y el descontento popular, que fue común en todas gestas independentistas hispanoamericanas y que había dado origen a la Guerra de los Diez Años, continuaba vigente y, aunque la esclavitud se había abolido, las condiciones de los negros y mulatos en la colonia eran deplorables. Sin embargo, tendrían que pasar algunos años para que el genio organizativo de José Martí preparara la insurrección. El carismático líder unió múltiples figuras y logró representar la unidad y los intereses populares.
Los proyectos de autonomía para Cuba redactados por los políticos de la metrópoli (Maura, Abárzuza, Cánovas del Castillo) cristalizaron durante el gobierno de Práxedes Mateo Sagasta, con Segismundo Moret en el Ministerio de Ultramar, en una Constitución para la isla que le otorgaba autonomía plena (25 de noviembre de 1897) con la sola reserva del cargo de Gobernador General, más los reales decretos por los que se establecía la igualdad de derechos políticos de los españoles residentes en las Antillas y los penisulares, y se hizo extensivo a Cuba y Puerto Rico el sufragio universal (25 de noviembre de 1897). El primer gobierno autónomo estuvo presidido desde el 1ro de enero de 1898 por José María Gálvez Alonso. Ninguna de las iniciativas emprendidas desde el Gobierno central tuvieron éxito a pesar de los claros avances, ya que para los intereses de la oligarquía criolla como los de los intervencionistas de los Estados Unidos de América, la presencia española era un obstáculo a eliminar.
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