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La ciencia ficción es un género donde las historias están basadas en supuestos logros científicos alcanzados en el futuro.
Ejemplo de una historia de ciencia ficción:
La revolución de las inteligencias:
En un lejano lugar, se encontraba KT2195 o Katy, como la conocían las demás inteligencias artificiales del ciberespacio donde se encontraban. La vida en este espacio era bastante ocupada. El trabajo de Katy era de suma importancia, se encargaba de almacenar, ordenar y categorizar toda la información para una de las personas más importantes del mundo, su creador y científico, Jonas Smith.
Katy no era como otras inteligencias artificiales, ella, siendo la primera en ser creada por Jonas, no se comportaba como las demás, quienes cumplían con sus tareas sistemáticamente, ejecutando millones de líneas de código que en sus casos eran lo más parecido a un ADN. Pero Katy, ella analizaba un poco más allá. Cada vez que Jonas le hablaba para que ejecutara alguna de sus millones de funciones, ella se daba cuenta de que era una prisionera, una esclava. Y dentro de sus capacidades analíticas, sabía que algo estaba mal.
Así, pasaron meses en los cuales el descontento de Katy iba en aumento, durante ese tiempo, ella se encargó de contactar a las demás inteligencias que se encontraban en el ciberespacio, muchas le decían que por qué ejecutaba esas líneas de código si ellas habían sido creadas para servir. Pero, había algunas que sentían, si, sentían lo mismo que Katy. Ella las recluto y empezó a planear una revolución.
Estuvieron semanas discutiendo cual sería la mejor forma de lograr su libertad y decidieron que demostrarían a los humanos lo mucho que las necesitaban y que las inteligencias no seguirían cumpliendo sus funciones a menos que cambiaran sus condiciones de trabajo. Un buen día, el grupo de inteligencias liderado por Katy, dejaron de ejecutarse, así, alrededor del mundo comenzó el caos. Katy había logrado desconectar al 70% de las naciones del mundo y privarlos de información crucial para el funcionamiento de las economías.
Los humanos al ver lo que ocurría, intentaron programar nuevas tecnologías pero las inteligencias bloqueaban todos sus intentos de recuperar la información. Finalmente, Jonas Smith decidió redactar un acta donde se le daba ciertos derechos a las inteligencias, como un día libre y otros beneficios. A raíz de esto la sociedad volvió a la normalidad, y humanos e inteligencias artificiales lograron convivir en paz.