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El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
La obra maestra de Cervantes cuenta las aventuras de viaje de un caballero viejo que piensa ser un caballero andante. Después de volverse loco por haber leído demasiados libros de caballería, deja su casa en busca de aventuras en las carreteras y en el paisaje rural de la España imperial. La primera parte de la novela lleva a don Quijote de su pequeño pueblo en la Mancha a los bosques de la Sierra Morena y de vuelta a su pueblo donde se recupera del cansancio y varias heridas. Sus encuentros con otros personajes suelen ser en ventas las cuales, en su locura, toma por castillos. Su meta es de enderezar toda clase de males y de hacerse famoso por sus buenas acciones. Don Quijote se encuentra con una gran variedad de personajes, desde campesinos hasta nobles, desde criminales hasta curas, desde prostitutas y locos enamorados hasta mujeres agraviadas y hombres celosos.
Dos de los temas principales de la primera parte son la caballería y su relación absurda y a menudo cómica con la vida "real," y el amor, ambos cortés y conyugal. Cervantes a menudo utiliza los encuentros de don Quijote con otros personajes para satirizar la sociedad en la que estos personajes existen y para comentar sobre los varios códigos de conducta reflejados en sus acciones.
Sancho Panza, vecino de don Quijote, le acompaña en sus viajes. Es un campesino analfabeto pero sagaz cuyo primer interés es comer y beber. La debilidad de Sancho para las cosas materiales de la vida le lleva a creer la promesa de don Quijote que en seguir a su amo al fin y al cabo se verá recompensado con el reino de su propia isla. El conflicto entre el arte y la naturaleza, o sea, entre el mundo idealizado y ficcional de don Quijote por una parte y, por otra, el mundo natural de existencia biológica de Sancho demuestra una relación incompatible entre los dos mundos en los cuales la naturaleza siempre parece ganar. Cuando don Quijote se convence de que los molinos que encuentra son gigantes, Sancho insiste correctamente que tan sólo son molinos.
La segunda parte de la novela es más compleja. Don Quijote y Sancho encuentran varios personajes que han leído la primera parte de la novela y por lo tanto ya saben de sus previas aventuras. En vez de enfrentarse con lo que creen ser la "realidad" como lo hicieron en la primera parte, don Quijote y Sancho a menudo participan en aventuras imaginadas por y para el beneficio y entretenimiento de los mismos personajes. La metáfora de "el mundo es un escenario" se vuelve literalmente verdadera. Las consecuencias de este cambio son profundas. El mundo ya no es "natural" sino "artificial." A menudo parece que el mundo está más loco que el mismo don Quijote. Se puede decir que don Quijote poco a poco recobra su juicio por la actitud excéntrica de los con quienes se encuentra.
Los primeros lectores de la obra maestra de Cervantes - españoles tanto como otros - recibieron la obra como puramente de entretenimiento, casi como un libro cómico o una farsa. Gran parte del humor en la obra viene del contraste entre la interpretación literaria del mundo de don Quijote y su interacción con los deseos y las funciones corporales de Sancho. Sus viajes juntos les enseña a los dos que la experiencia humana está hecha de ambas imaginación y realidad.
Pero Don Quijote es más que un libro sobre otros libros o sobre la ficción y su relación con la realidad. Como don Quijote, varios de los personajes que viven en el mundo de la novela son lectores ávidos de ficción. Cervantes explora sus esfuerzos con lo que es verdadero y lo que no lo es, y en haciendo esto también habla a sus lectores. La lectura de don Quijote debe de ser una "lectura crítica." Su propósito es de enseñar a leer novelas, cómo discernir las diferencias y semejanzas entre la ficción y la realidad de la existencia misma.
La obra maestra de Cervantes cuenta las aventuras de viaje de un caballero viejo que piensa ser un caballero andante. Después de volverse loco por haber leído demasiados libros de caballería, deja su casa en busca de aventuras en las carreteras y en el paisaje rural de la España imperial. La primera parte de la novela lleva a don Quijote de su pequeño pueblo en la Mancha a los bosques de la Sierra Morena y de vuelta a su pueblo donde se recupera del cansancio y varias heridas. Sus encuentros con otros personajes suelen ser en ventas las cuales, en su locura, toma por castillos. Su meta es de enderezar toda clase de males y de hacerse famoso por sus buenas acciones. Don Quijote se encuentra con una gran variedad de personajes, desde campesinos hasta nobles, desde criminales hasta curas, desde prostitutas y locos enamorados hasta mujeres agraviadas y hombres celosos.
Dos de los temas principales de la primera parte son la caballería y su relación absurda y a menudo cómica con la vida "real," y el amor, ambos cortés y conyugal. Cervantes a menudo utiliza los encuentros de don Quijote con otros personajes para satirizar la sociedad en la que estos personajes existen y para comentar sobre los varios códigos de conducta reflejados en sus acciones.
Sancho Panza, vecino de don Quijote, le acompaña en sus viajes. Es un campesino analfabeto pero sagaz cuyo primer interés es comer y beber. La debilidad de Sancho para las cosas materiales de la vida le lleva a creer la promesa de don Quijote que en seguir a su amo al fin y al cabo se verá recompensado con el reino de su propia isla. El conflicto entre el arte y la naturaleza, o sea, entre el mundo idealizado y ficcional de don Quijote por una parte y, por otra, el mundo natural de existencia biológica de Sancho demuestra una relación incompatible entre los dos mundos en los cuales la naturaleza siempre parece ganar. Cuando don Quijote se convence de que los molinos que encuentra son gigantes, Sancho insiste correctamente que tan sólo son molinos.
La segunda parte de la novela es más compleja. Don Quijote y Sancho encuentran varios personajes que han leído la primera parte de la novela y por lo tanto ya saben de sus previas aventuras. En vez de enfrentarse con lo que creen ser la "realidad" como lo hicieron en la primera parte, don Quijote y Sancho a menudo participan en aventuras imaginadas por y para el beneficio y entretenimiento de los mismos personajes. La metáfora de "el mundo es un escenario" se vuelve literalmente verdadera. Las consecuencias de este cambio son profundas. El mundo ya no es "natural" sino "artificial." A menudo parece que el mundo está más loco que el mismo don Quijote. Se puede decir que don Quijote poco a poco recobra su juicio por la actitud excéntrica de los con quienes se encuentra.
Los primeros lectores de la obra maestra de Cervantes - españoles tanto como otros - recibieron la obra como puramente de entretenimiento, casi como un libro cómico o una farsa. Gran parte del humor en la obra viene del contraste entre la interpretación literaria del mundo de don Quijote y su interacción con los deseos y las funciones corporales de Sancho. Sus viajes juntos les enseña a los dos que la experiencia humana está hecha de ambas imaginación y realidad.
Pero Don Quijote es más que un libro sobre otros libros o sobre la ficción y su relación con la realidad. Como don Quijote, varios de los personajes que viven en el mundo de la novela son lectores ávidos de ficción. Cervantes explora sus esfuerzos con lo que es verdadero y lo que no lo es, y en haciendo esto también habla a sus lectores. La lectura de don Quijote debe de ser una "lectura crítica." Su propósito es de enseñar a leer novelas, cómo discernir las diferencias y semejanzas entre la ficción y la realidad de la existencia misma.
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